Crónica del Garage Sound Festival 2018 con bandas como Hardcore Superstar, Buckcherry, Black Star Riders, Glenn Hughes o Gun que se celebró el pasado 08 y 09 de Junio en el Auditorío Miguel Ríos de Rivas (Madrid)
El viernes, 08 de Junio, tras dos horas de maldito metro, sus trabajadores estaban en huelga, y, ¡mira que es malo el trayecto desde Canillejas, lugar donde trabajo, hasta Rivas!, llegué al auditorio Miguel Ríos, mojado por fuera, todo el día lloviendo, y con ganas de mojarme por dentro, estaba realmente cansado, aburrido, necesitaba tralla, la verdad.
[the_ad id=»7218″]
Tiempo justo tras pasar por taquillas para ver todo el tinglao que había montado la organización. Todo lucía muy parecido a lo del año pasado, aunque montado de manera simétricamente opuesta, como en un espejo, a como fuera en la edición de 2017. Nada más entrar, las tiendas, y acto seguido, a un lado, el recinto de cambio de efectivo por las “garagecoins”, y al otro, los baretos y la carpa de descanso del guerrero. Pasando lo que sería la parte central del recinto, estaría el escenario, igual que el del año pasado, pero sin las pantallas, estando al fondo el centro de operaciones del motor, y pasado esta parte estarían los vehículos expuestos, auténticas joyas de la historia de las dos, cuatro, cinco, seis, etc. ruedas.
Mientras dábamos este paseo, la lluvia iba desapareciendo tímidamente y amenizaban nuestras almas, además de una buena birra, era necesaria, The Temperance Movement, cuyo Hard Rock con un rollo bluesero no llegó a impactarme en demasía, aunque sí me llegó su voz, que a veces me recordaba a Danny Bowes, the Thunder.
Nos acomodamos enfrente del escenario, al borde del barro, para no mancharnos más de lo que ya lo estábamos, y no movernos de ahí, para presenciar, estaba ansioso, a las dos bandas del festival que más ganas tenía de ver, Hardcore Superstar y Buckcherry, los primeros, siempre apuesta ganadora, los segundos, para revivir su espectacular actuación de hace cuatro años clavados, en Madrid.
Crónica de HARDCORE SUPERSTAR en el Garage Sound Festival 2018
Hardcore Superstar empezaron como lo que son, un auténtico ciclón, el temporal atmosférico nos daba tregua, pero empezaba el musical, y, ¡qué ganas había! Empezaron con Kick On The Uperclass, mucha tralla, para seguir con una nueva, Electric Rider, un tema que será parte de su próxima álbum, que la gente no conocía, y que pudo quedar un poco deslucida, pero que tiene esencia HCSS y continúa con esa tendencia tan comercial por la que están apostando. Dreaming In A Casket, en la que hubo poca guitarra y mucho bajo, fue la siguiente y con My Good Reputation, esa canción que tanto recuerda a Motley Crue, dieron una patada a la puerta, y tiraron todo abajo.
Con Touch The Sky y ese Groove tan vacilón descansamos un poco, para después, con Last Call For Alcohol, que tuvo de batería al pipa, mientras Magnus y Jocke se bajaban con el público, y con Bring Your House Down, otra nueva nueva, con ellos dos ya de vuelta al escenario, las pilas volvieron a cargarse. Sin apenas parar, supongo que los tiempos son como son y corren que se las pela, se animaron con Baboon, otra nueva, me encanta como arriesgan, y Moonshine, tan vacilona. El bolo acabó con We Don´t Celebrate Sundays y Above The Law, que mientras sonaba iban desarmando la batería, dejando totalmente “desnudo” a Marcus, un final por todo lo alto y realmente original.
[the_ad id=»7218″]
Jocke Berg cada vez que le veo está mejor, espectacular de voz, de actitud, y de tablas, maneja el ritmo del concierto de manera magistral, sabe bien cuando tiene que dar más, como pasó con esos temas que la gente no conoce, como en Babbon o Electric Rider, o cuando hay que dejarse ir para que la gente tome protagonismo y disfrute, My Good Reputation o We Don´t Celebrate Sundays. Martin Sandvik, bajista, sabe bien su papel, sobrio y participativo. Magnus Andreasson ha ganado en madurez y que sumado a su eterna contundencia le hacen uno de los mejores baterías de la actualidad. Vic Zino sin ser un virtuoso tiene el estilo sleazy en las venas, y trasmite, sin duda alguna, el estilo y lo que la banda le pide.
En definitiva, un conciertazo de los suecos, de los que sigo pensando que deben ser el perejil de todas las salsas, esa banda que debe estar en todos los festivales, y antes del cabeza de cartel, son únicos para dejar al público en bandeja de plata. El problema, que el cabeza de cartel tiene que saber quién ha tocado antes que ellos…
[ngg_images source=»galleries» container_ids=»8″ display_type=»photocrati-nextgen_basic_thumbnails» override_thumbnail_settings=»0″ thumbnail_width=»240″ thumbnail_height=»160″ thumbnail_crop=»1″ images_per_page=»20″ number_of_columns=»0″ ajax_pagination=»0″ show_all_in_lightbox=»0″ use_imagebrowser_effect=»0″ show_slideshow_link=»1″ slideshow_link_text=»[Mostrar presentación de diapositivas]» order_by=»sortorder» order_direction=»ASC» returns=»included» maximum_entity_count=»500″]
Con la miel en los labios, con un subidón de órdago, nos fuimos a dar una vuelta por las tiendas, a ver si caía algún regalito, más bien lo contrario, perdí mi amado Ipod vintage, desde aquí ruego al alma que lo haya encontrado se ponga en contacto con nosotros, y a ver a, no sé cómo decirlo, a esos magos del FreeStyle, vaya saltos espectaculares y que dominio de las motos, tengo que decir que no soy nada apasionado de este tipo de deportes, ni de ninguno, me parezco al ex ministro, pero su mérito tienen, sí señor.
