Continuamos con otro «treintañero» que vale la pena reseñarlo…. el Séptimo de «La Doncella de Hierro». Revie de IRON MAIDEN «SEVENTH SON OF A SEVENTH SON»
Cuando miras el cielo por la noche, contemplas la vía Láctea con todas esas estrellas y te fijas en una sola que brilla, es lo que he sentido al escribir esta reseña, de IRON MAIDEN y de este álbum del que se han escrito tantas reseñas que la mía viene a ser una más; con la peculiaridad de intentar que la escribo con el respeto y admiración que se merecen como banda legendaria que son, solo queda que a ti que la leas te guste y sobre todo la disfrutes como lo he hecho, y lo seguiré haciendo en esta entrega de álbumes, que cumplen 30 años de conservarse en este nuestro tipo de música tan relevante para nosotros.
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Tras terminar la gira en 1987, estos ingleses, tuvieron seis meses de descanso dedicándose cada uno de los miembros a sus propios asuntos para luego reunirse con la finalidad de trabajar en un nuevo álbum, una vez más Martin «Desappearing Armchair» Birch se sienta al otro lado del cristal y produce lo que es considerado como un auténtico álbum conceptual. Todo es una historia completa de principio a fin, que narra las visiones de una especia de médium de aquel tiempo, Doris Stones, que anuncio su propia muerte y que la final de sus días enloqueció, concretamente enfocado en el tema «The Clairvoyant». Aunque señalare que cada uno de los temas podría situarse individualmente o que por lo menos cada uno tiene su esencia que permite que sean singulares.
Una característica en la elaboración es la incorporación de teclados en lugar de guitarras sintetizadas como las usados en su anterior disco «Somewhere In Time». Tan complicadas era que se podían tocar con solo una mano y durante los directos lo hacia el técnico del bajo Michael Kenney, disfrazado como un Conde, con mascara y capa. Aunque muchos decían que los teclados no encajaban en el sonido de «La Doncella», pero esto era dar un paso adelante.
En este álbum Bruce Dickinson (Voz), Dave Murray (Guitarra rítmica y líder), Adrian Smith (Guitarra rítmica y líder), Steve Harris (Bajo) y Nicko McBrain (Batería), se alejaban de las largas composiciones que adoptan su estilo más barroco, más recargado. Se presentaba realmente un esfuerzo colectivo de estos músicos: Dave y Steve compusieron un tema, Steve compuso tres por otro lado, Bruce compuso con Adrian y Steve por separado y conjuntamente, en lugar de buscar una isla paradisíaca, se reunieron en el granero de la casa de Steve Harris en el condado de Essex al Este de la Capital Inglesa, en un atmósfera tranquila y relajada para su composición y luego se grabaría en Múnich, bajo la orden de Zomba Music Publishing Ltd. y la discográfica EMI.
Sale al mercado un 23 de abril, día de San Jorge, debutando en el número 1. Posee un aire más místico notado en las letras de las canciones, y es que en los últimos años ya no cabía hablar de ingenuas letras, sino de verdaderos poemas, históricas épicas o bellos mensajes que llegan a sus puntos álgidos en esta séptima producción, siendo el más vendido de los ingleses hasta esas fechas, sin olvidar que en América su aceptación no fue tan fácil en un principio.
Esta creación que está determinada como una obra maestra inicia con el tema, «Moonchild», en donde los susurros del cantante Bruce Dickinson son el inicio de un tema en línea acústica y con teclados que conforme progresa calienta la maquina llamada IRON MAIDEN, veloz y melódica, una de los mejores cortes de inicio de lo que nos han dado; «Infinite Dreams», balada lenta con cambios de compases muy devaluada por los poco conocedores pero de una fuera muy propia, fue el único sencillo para promocionar el vídeo «MAIDEN ENGLAND» por mucho tiempo solo en formato VHS;
«Can I Play With Madness» , el primer single extraído de la producción, y decimosexto sencillo publicado hasta ese momento por ellos, tildado en su momento como un tema para la radio, pero convirtiéndose un claro Hit musical por donde se quiera ver, previsible y para muchos facilona. hay que tomar en cuenta la participación en el vídeo de Graham Chapman, actor británico muy querido, que falleció un año después debido al cáncer que padecía a causa de su alcoholismo crónico;
“The Evil That Men Do” ,tema asequible y legendario, con un estribillo cautivador, desbocada y elegante. Como dato es el decimoséptimo sencillo de la banda; «Seventh Son Of A Seventh Son», arte, fantasía, furia, energía, originalidad, muchos segundos navegando en la aridez de los arreglos, la escucharía hasta la saciedad; «The Prophecy», pluralidad de ritmos con un final acústico tambien poco apreciada, pero que tiene su encanto en los solos y acompañamientos;
”The Clairvoyant» , toda la inspiración de calidad, con un riff pegadizo que sostienen la canción junto a los arreglos en los teclados, imperecedera conforme pasa el tiempo, el bajo de Steve Harris es infinito; «Only The Good Die Young», un volcán de armonía, de las mejores últimas canciones que he escuchado en un disco, sin dudarlo te deja con una sensación de iniciar nuevamente la escucha debido al enlace, a el acoplamiento de… «Seven deadly sins…Seven ways to win…Seven bloody paths to hell..»
Incluso con seis discos ya en su haber y con tours a nivel mundial, todavía pagaban derecho de escenario, no eran cabeza de cartel por donde pasaban, así que este vez se Inicia el tour en Mayo del mismo año, en Mocton, Canadá y luego en Norteamérica con 59 conciertos más, arrancaba su sexto viaje mundial, todo un desafió de intenciones y en donde la escenografía en el escenario tomo un papel muy relevante en cada show, obviamente el diseño está basado en la portada y se comenta que intentaron capturar una especie de sentimiento a lo Salvador Dali en el trabajo artístico y llegaron a aparecer hasta siete Eddies diferentes en el escenario. Un glaciar echando humo por todas partes, mostrando una imagen futurista, pero con un toque remoto, sujetando una enorme bola de cristal, las luces eran de proporciones enormes que giraban en todas direcciones y los rayos láser dibujaban en cada una de las pantallas figuras enigmáticas.
En agosto consiguen ser cabeza de cartel del «Monsters Of Rock» en el Castillo de Donington frente a 107,000 fans, no habían tocado en otro festival ingles desde la edición del festival Reading en 1982. Hasta esas fechas era la actuación más importante de sus carreras, solo empañado por la muerte de dos personas al principio del festival. Al enterarse después de la actuación se sintieron como salir del punto culminante de sus vidas y pasar al punto más bajo de la misma.
Además, fue la última gira con Adrian Smith, que dejaría la banda por unos años para regresar, casi una década. Como dato hay que mencionar que este tour recalo en España en el primer «Monster Of Rock» celebrado en La Península Ibérica, junto a HELLOWEEN, ANTHRAX, METALLICA y MANZANO en septiembre de 1988.
Una muestra de lo vivido en esos directos es, «MAIDEN ENGLAND», filmado en el NEC de Birminghan en noviembre de 1988 durante dos días, es un vídeo que captura perfectamente la emotividad de la banda y la importancia del diseño escénico. Se grabó con diez cámaras profesionales, el bloque central de sonido pertenece a la primera noche de grabación, siendo en total unas cuarenta horas de grabación. producido por Steve Harris, lo preparo por cerca de seis meses y con la visión de sus fans, ya que se nota más cercanía en las tomas para sentir la emoción del momento. Y hasta el año 2013 se editó en formato DVD con algunos extras para saciar a sus seguidores.
Pero el mito comenzaba, porque empezó todo muy pequeño y se ha ido expandiendo, ahora es un negocio muy grande, es una corporación, una institución conocida a nivel mundial. ¡UP THE IRONS!!
Una entrevista a IRON MAIDEN en 1999
https://youtu.be/kSkbG7BwGZg
Dedicado a «EL TECO-MORRISON» por Pepe Cortez
