Crítica de SCREAMIN’ CHEETAH WHEELIES “MAGNOLIA” (1996)

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“Magnolia” de SCREAMIN’ CHEETAH WHEELIES cumple 25 años y aprovechamos la ocasión para repescar la crítica de nuestro compañero Luigi

Hoy os presentamos una reseña de un álbum que cumple 25 añitos, pero no solo eso, porqué no hablamos de revisitar un álbum, sino de una crítica escrita en ese misma época que nos permite sentir y respirar mejor el espíritu musical del momento.

Obra maestra. Estas dos palabras, sencillas pero tan difíciles de conjugar en el actual panorama musical, resumen de forma breve y precisa lo que “Magnolia” significa para el rock de finales del siglo XX. En una época dominada por el frío, aséptico y desapasionado rap-metal-tecnológico es de agradecer que una banda como los Wheelies sea capaz de crear un álbum vibrante, de emotividad desgarradora, sirviéndose de algunos de los referentes más clásicos y tradicionales del rock.

Bien poco puede decirse de un disco de semejante envergadura. Únicamente apuntar algunas de las cualidades que hacen de él una obra robusta y sincera que nos hace albergar esperanzas sobre la buena salud de una música que desde su época de máximo esplendor, allá por la década de los 70, ha sufrido muchos altibajos y ha sido dada por muerta en infinidad de ocasiones. El hecho de que “Magnolia” pasase totalmente desapercibido en el momento de su publicación y tuviese nula repercusión comercial es irrelevante.

Su estilo, muy variado, bebe de diversas fuentes sin que ninguna de ellas acabe imponiéndose, dando como resultado unas composiciones de amalgamada indefinición. Pinceladas de rock americano, hard rock 70’s y rock sureño se aglutinan para dar forma a unas canciones que destilan energía y sentimiento a partes iguales. Pero hay mucho más. La voz atormentadamente soul de Mike Farris sería la envidia de un James Brown pletórico de facultades. Su registro vocal, sin duda una de las señas de identidad del grupo, se adapta a la perfección a unos temas cuidados hasta el último detalle, en los que los desarrollos instrumentales nos traen a la memoria el sonido de “jam bands” clásicas como Grateful Dead o actuales como Phish o Blues Traveler. Son indispensables varias escuchas detenidas para captar todos y cada uno de los matices que emergen del entramado musical de temas como “Backwoods travelin’” o “Your are”. Sin embargo, que nadie espere encontrar en este disco virtuosismos pseudo-progresivos. Cada miembro de la banda demuestra un aplastante dominio de su instrumento, pero de manera sutil y contenida, sin eclipsar en ningún momento la grandeza de unas melodías, inhumanas por su belleza y perfección, que no dejan de sorprenderte a cada instante. Son habituales los cambios de ritmo que nos transportan, como si de una montaña rusa se tratase, desde el arrebato hard rockero más potente hasta la más etérea y sosegada cadencia “jazzy” con pasmosa maestría y naturalidad.

Resulta casi imposible resaltar un tema por encima de los demás, pero se podría citar “Good time” o el que da título al CD, como compendio de todo lo apuntado.

“Magnolia” es, por derecho propio, un clásico absoluto desde el mismo momento de su publicación, y los Screamin’ Cheetah Wheelies el secreto mejor guardado del rock americano actual. Asusta pensar lo que esta magnífica banda pueda hacer sobre un escenario con semejante repertorio.

Reseña de Luigi

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