Crítica del álbum homónimo «Out Of This World»

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Repasamos el primer álbum del proyecto del ex guitarrista de Europe, Kee Marcello «Out Of This World». Un regalito para los amantes del rock melódico

Kee Marcello, ex guitarrista de Europe, lidera Out Of This World, supergrupo que se lanza a la arena discográfica en 2022 con disco homónimo para hacer las delicias de los amantes del hard rock melódico.

Siempre me ha llamado la atención que en ciertos círculos (presuntamente) rockeros, la sola mención de “hard rock melódico”, o su primo hermano “A.O.R.” (Adult Oriented Rock), provoque incomodidad, sarpullidos, incluso arcadas. Como si se tratara de estilos menores que no mereciesen siquiera el derecho a formar parte del amplio espectro de nuestra música favorita. No seré yo quién rompa aquí una lanza a su favor, basta echar un vistazo a bandas actuales y pretéritas para constatar que, como en cualquier otro ámbito musical, hay de todo en la viña del Señor: discos memorables, correctos, mediocres o directamente infumables.

Ajeno a todo ello, Kee Marcello ha decidido emprender un nuevo proyecto musical haciendo lo que mejor se le da —además de denunciar a Poison por presunto plagio—. Y es que la huella de su paso por Europe no pasa inadvertida en “Out Of This World”.

Le acompañan en esta aventura Tommy Heart (Fair Warning) a las voces, Ken Sandin (Alien) al bajo, y Darby Todd (Devin Townsend, Gary Moore, The Darkness) aporreando los parches; todos ellos con sólidas carreras en sus bandas de origen dentro de la escena hard rock/A.O.R. A destacar la trayectoria del veterano vocalista al frente de los alemanes Fair Warning, y su muy estimable último lanzamiento “Pimp Your Past” (2016).

Pero no olvidemos que aquí el que corta el bacalao es Kjell Hilding Lövbom (aka Kee Marcello). Formó parte de Europe en su época más exitosa, entre 1986 y 1992. Aunque no grabó en estudio ningún tema del archiconocido “The Final Countdown” (1986), que catapultó a la banda sueca al éxito internacional, si participó en la gira de presentación del álbum. La huella de Marcello en los dos siguientes álbumes, “Out Of This World” (ejem…) y “Prisoners In Paradise” fue intensa, y permaneció en la banda hasta que en 1992 decidieron tomarse un largo descanso. Años más tarde declinaría la oferta de volver a unirse a Joey Tempest & Cia. como segundo guitarrista —la sombra de John Norum es muy alargada— por las consabidas “diferencias musicales”. 

Su etapa en Europe es la que le ha granjeado mayor reconocimiento, pero nuestro hombre se ha involucrado en múltiples proyectos previos y posteriores (Easy Action, Red Fun, Kee Marcello’s K2), y cuenta con una respetable carrera en solitario.

Con todos estos antecedentes ¿qué podemos esperar de un disco como “Out Of This World? Pues hard rock melódico a raudales, del de manual: cuidadas melodías, coros semi-angelicales, teclados persistentes, estribillos pegadizos, y el resto de ingredientes definitorios del estilo.

“Twilight” desata las hostilidades con una introducción misteriosa en la que dominan los teclados. Su sonoridad nos conecta mentalmente con la exitosa banda sueca que prometo no volver a mencionar… A continuación el tridente guitarra-bajo-batería toman las riendas. Tommy Heart deja claro desde le primer tema que sabe lo que se lleva entre manos, y su registro vocal es, sin duda, idóneo para la propuesta musical de Out Of This World: susurrante en ocasiones, desgañitándose casi siempre, cuando el clímax de la canción lo requiere.

“Hanging On”, elegido como primer single, nos da la bienvenida con un preciso riff de guitarra. Al escucharla podemos entender porque ha sido elegida como carta de presentación del disco: contundencia melódica en estado puro. Y unos  coros pidiendo a gritos  —valga la redundancia— su cuota de protagonismo.

No desentona “In A Million Years”  entre el resto del material, teniendo en cuenta que fue escrita originalmente para el disco “Prisoners In Paradise” (1991) del innombrable grupo nórdico. No sólo se mimetiza a la perfección con las nuevas composiciones, si no que incluso se podría citar como claro ejemplo de la propuesta musical de nuestros protagonistas. Estribillo para enmarcar y colgar en un lugar destacado de tu memoria musical. De lo más inspirado del disco a pesar de haber visto la luz con treinta y un años de retraso. La espera ha valido la pena.

El título honorífico de “canción-himno”, ideal para destrozarte las cuerdas vocales en sus conciertos, se lo disputan “Lighting Up My Dark” y “Up To You”. Más aguerrida la primera, mientras que la segunda se presenta como un medio tiempo que no tarda en explotarte en las narices. En ambos temas los coros refuerzan de forma magnífica el esfuerzo vocal de Tommy. Y mientras tanto, Kee Marcello dando rienda suelta a su destreza a las seis cuerdas, paseándose por el mástil de su guitarra con soltura, pero siempre comedido: guitarra al servicio de la canción y no al revés, que esto no es un disco de Joe Satriani o Steve Vai.

¿Y si jugueteamos un poco con el rock progresivo? “Staring At The Sun” lo hace con elegancia sin aumentar su minutaje. La estructura es similar a la del resto de temas, pero aquí los desarrollos instrumentales nos llevan de forma sutil hacia otros territorios. Una muestra de que el prog-rock puede acomodarse sin problemas en la ecuación musical de Out Of This World.

“The Warrior” es con diferencia el tema más contundente y acelerado del disco. Base rítmica a pleno rendimiento y cadencia bluesy en las guitarras dominando el tema de principio a fin. Aquí las teclas se toman un merecido descanso.

Y nos plantamos en el último tercio de “Out Of This World” con tres temas solventes: la rocosa “Ain’t Gonna Let You Go”, la melancólica pero optimista “Only You Can Teach Me How To Love Again” —David Coverdale estará rabioso porque no se le haya ocurrido a él semejante título— y la punzante delicadeza de “Not Tonight”. Coherentes todas ellas con la fórmula que funciona en el resto del disco: teclados dosificados, contundencia de la base rítmica, y la guitarra de Marcello, que, de forma discreta pero muy efectiva, lleva la batuta en todo momento. Tommy Heart condimenta la mezcla con una solvencia que sólo está al alcance de un selecto grupo de vocalistas, aunque permanezcan en la sombra.

Banda sólida y disco rotundo. Si Out Of This World dan continuidad a su andadura, sorteando la dificultad de compaginarla con las carreras paralelas de sus componentes, estarán en disposición de hacerse un hueco, a codazos si es preciso, en el panorama actual del hard rock melódico. Y si los astros no se alinean, al menos nos quedará el consuelo de haber saboreado un disco que, casi desde la primera escucha, deja un regusto a nuevo clásico. Porque “Out Of This World” destila, en cada uno de sus temas, vocación de revitalizar un género que creíamos perdido para siempre. Que así sea.

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