Crítica del DVD de STRAVAGANZZA “LA NOCHE DEL FÉNIX”

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Uno de los lanzamientos audiovisuales del año ha sido este “LA NOCHE DEL FÉNIX” de STRAVAGANZZA que nos invita a viajar a tiempos mejores

No necesitan introducción los famosos Stravaganzza, una de las bandas de metal con más trascendencia en nuestro país. Ellos, formados por Leo Jiménez a la voz, Pepe Herrero y Miguel Ontivero a las guitarras, Patricio Babasasa en el bajo y Carlos Expósito en la batería, acompañados por Beatriz Albert como voz femenina en el coro, Sergio Ramírez al violín y Eloy Terrero como teclista, grabaron su actuación en la Riviera de Madrid el pasado 28 de septiembre del 2019. La publicación se ha hecho esperar hasta el 2 de octubre de este mismo año. 

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Este concierto tan solo fue uno de los muchos conciertos que realizaron como parte de su gira de regreso a los escenarios que comenzó en 2017, después de que, en 2010, anunciaran un parón indefinido en la banda. Es una prueba del apoteósico regreso de una de las bandas más influyentes, los clásicos Stravaganzza con ese sonido tan único que les llevó a la incomprensión por parte de mucha gente en sus inicios y que ahora es la envidia de multitud de bandas.

El concierto duró aproximadamente dos horas y media y se dividió en cuatro actos. Cada uno representaba uno de sus discos, en orden cronológico, y contaba con una pequeña introducción con bailes incluidos y un número determinado de canciones de cada disco. Por supuesto, los vises no podían faltar, con dos de sus versiones más conocidas.

Un juego de luces, adrenalina a flor de piel, bailes e incluso un invitado muy especial, Korpa, cantante de Fuck Division, fueron los elementos que, junto a la impecable actuación de cada uno de los miembros de la banda, hicieron de este un concierto digno de recordar y plasmar en un disco como este. ¡Vamos a analizarlo sin más preámbulo!

ACTO I – “LA NOCHE DEL FÉNIX”

Comienza con un baile protagonizado por tres bailarinas mientras una voz en off va citando lo que será la introducción al primer acto, el correspondiente a su primer disco de estudio: “Primer Acto”. Un conjunto de luces, humo, los coros y otros efectos audiovisuales sirven como inicio de un conciertazo como el que está comenzando.

La primera canción que tocan es “Dios”, con unos enérgicos integrantes que, desde el primer acorde, ya están dándolo todo. La gente se emociona con la melodía inicial y la entrada casi divina de Leo Jiménez a la voz. Destacamos el contraste auditivo entre los agudos y los graves de su vozarrón, así como del violín que está muy presente en todo el tema. Se van intercalando imágenes del público completamente entregado a la banda desde el minuto uno y la forma en que se desenvuelve el grupo en el escenario, con la carátula del primer disco de fondo. Con esa frase tan representativa de “no hay Dios” entra el solo de este gran tema que logra que todos los fans echen sus puños al aire, si bien los nervios de estar siendo grabado parecen hacer mella en él.

Stravaganzza "la noche del fénix" (álbum completo)

Cárcel de Piel y Hueso” comienza con unas guitarras bien distorsionadas y, al grito de “all right”, el público se descontrola y comienza a saltar al ritmo infernal de este temazo. La voz de Leo comienza a sonar, casi a capela, mientras un silencio absoluto inunda la Riviera de Madrid. Leo juega en el escenario junto a Miguel mientras el riff absorbente del tema va tiñendo la atmósfera de tintes muy oscuros.

El inconfundible riff inicial de “En Soledad me Lamento” junto al violín de Sergio forman la unión perfecta para que todos los rockeros alcen sus brazos al cielo y tarareen cada ritmo de la canción, cada nota, cada acorde. Una canción que, tal y como se palpaba en el ambiente, resulta muy emotiva, dramatizada en directo por unas bailarinas que, unidas por unas cadenas de hierro, se mueven por el escenario como auténticas presas. La voz de Beatriz, además, acompaña a los agudos de Leo justo después del solo de guitarra de Pepe Herrero.

Después de una pequeña pausa y de la promesa de que aún quedaba noche por delante, comienza “Mi Tempestad”. De nuevo a capela, la voz de Leo lleva la epicidad del tema por otros derroteros, haciendo que hasta el más cansado de los presentes vibre con ellos. Patricio, como de costumbre, saltando por el escenario mientras el público va dejándose llevar por los ánimos del frontman de la banda y Pepe Herrero ejecuta uno de esos solos que nos pone la piel de gallina.

ACTO II – “LA NOCHE DEL FÉNIX”

Los coros del fondo unidos a una dulce melodía del violín inundan la Riviera mientras una chica ataviada con un vestido blanco baila a su son y, nuevamente, la voz en off recita un soliloquio que nos introduce al segundo acto, el correspondiente a su segundo disco: “Sentimientos”.

Unos golpes de batería seguidos por un atronador riff de guitarra distorsionada nos meten de lleno en “Miedo”. Leo Jiménez, portando una cazadora enorme, es el último en reaparecer en escena entonando ese himno tan oscuro que nos permite ver la evolución sonora de la banda incluso en el solo de guitarra, más rápido y directo que cualquiera del acto primero. Sin duda, un gran tema dentro de este segundo álbum.    “Pasión”, ese sentimiento que todos sentimos hacia ellos, toma el relevo y surge como un rayo. Unas bailarinas, e incluso una violinista, salen al escenario y comienzan a dar vueltas a su alrededor dejándose llevar por la atmósfera que los chicos de Pepe Herrero han creado. Un tema menos oscuro que los anteriores, aunque seguimos notando la evolución musical de la banda sobretodo en el riguroso cuidado de los solos y las melodías envolventes, que se convierten en su punto fuerte. El público, completamente hipnotizado por la música, alza sus brazos al aire durante el solo de guitarra que toma el control del tema hasta el final.

Tras despedir a las bailarinas y los gritos de alabanzas a Patricio, la banda comienza a entonar la introducción inquietante de “Desilusión”. El bajo de Babasasa toma el protagonismo junto a la voz aguda de un Leo que parece sentir más que ninguno el contenido de la canción. El tema llega a su punto álgido con el solo de Pepe Herrero. También cabe destacar el ritmo infernal de la batería que nos hace vibrar aún sin haber estado allí. El público corea cada frase del tema hasta culminar con los gritos de “Stravaganzza”.

La siguiente canción es “Dolor”, pieza introducida por unos cánticos del coro hasta que entra el riff con todos los instrumentos tocando al unísono. El riff del tema, aunque es oscuro, tiene toques brillantes gracias a unas guitarras distorsionadas que no se quedan estancadas en el palm muting. Leo comienza a cantar acompañado únicamente por una suave batería que se tornará más agresiva cuando, junto al resto de la banda, lleguen a la melodía de acompañamiento del tema. El público sigue cantando cada verso de un tema tan famoso como este, muchos de ellos probablemente ya afónicos forzando su garganta por alcanzar el tono de Leo, misión casi imposible. Al grito de “ya no más sufrimiento” Leo queda de espaldas al público y, con sus brazos desplegados hacia los laterales, la imagen recuerda a un ángel oscuro e infernal que se mantiene en alto observando aquello que él mismo ha creado: un público fielmente entregado.

ACTO III – “LA NOCHE DEL FÉNIX”

Después de este increíble espectáculo la atmósfera se torna más lúgubre y oscura, con unos focos rojos enfocando a las bailarinas que, de nuevo, serán las protagonistas de este interludio. La música, junto a la voz en off que vuelve a recitar otro soliloquio, es la base de la introducción hacia el tercer acto, correspondiente a su tercer disco: “Réquiem”. En mi opinión y en la de la mayoría de sus fans, el mejor disco de la banda hasta la fecha.

Unos coros van entonando la melodía de la que será la primera canción de este tercer acto: “Deja de Llorar”. La voz de Leo pronto comienza a llenar el aire de la Riviera. Poco a poco la canción se vuelve más cañera hasta llegar al punto álgido en el primer estribillo, muy a menudo entonado por el público cuando Leo les acerca el micro. Termina con el inigualable frontman de la banda sacando la lengua y los gritos de euforia del público.

En un corto pero emotivo speech Leo explica como de arduos fueron los comienzos de Stravaganzza y dedica el siguiente tema, “Grande”, a las personas que les apoyaron desde el principio. Una canción muy emotiva en su significado, pero muy cañera musicalmente, con un público completamente alocado gracias a los continuos ánimos de Leo. Los armónicos de guitarra en el pre-estribillo le dan ese toque sucio que la canción precisa y la voz de Leo, tan magnífica como siempre, alcanza unos tonos extremadamente agudos en el segundo verso y en el último estribillo. Pepe Herrero, Miguel Ontivero y Patricio Babasasa se encuentran muy hiperactivos en este tema, yendo de un lado hacia otro e interaccionando entre ellos. Un auténtico espectáculo digno de ser disfrutado.

El riff tan macabro y oscuro de “Máscara de Seducción” unido a la voz de Leo, hacen que el público mueva sus brazos al son infernal del tema. De nuevo, bailarinas en escena ayudan a dramatizar esta pieza. Los coros y los cánticos del público, muy mezclados, son la clara demostración del buen ambiente que se estaba viendo en la Riviera.

Stravaganzza "requiem" (videoclip)

Al grito de “movida orca” comienza la épica introducción de “Réquiem” que le da nombre a este tercer disco. Las bailarinas en escena portan esta vez espejos con las fechas de nacimiento y defunción de distintas mujeres junto a sus nombres, aportando un gran dramatismo al tema que se contagia a un público que aún sigue loco de la emoción. La voz de Leo se intercala con la de Beatriz a los coros. Tal es la atmósfera que se ha creado que incluso Patricio se atreve a camuflarse entre las bailarinas con sus típicos pasos de baile tan macarras. Sin duda uno de los puntos álgidos de esta jornada.

Tras despedir a sus “stravaganzzers”, como llaman a las bailarinas, llega una de las canciones de mayor jolgorio y buen rollo del concierto: “Perdido”. Este tema, compuesto por Patricio, incita a la gente del público a volverse loca con esos toques más “tecno” que aporta el teclado. Prueba de estos toques es la introducción tan robótica que la caracteriza. Sin embargo, los toques oscuros y macarras no podían faltar en una canción de la banda. El público aún parece tener ganas de mucho más.

Ahora llega el momento más melódico y emotivo de este concierto. Con Pepe Herrero al piano, unas luces tenues rojas que apuntan hacia él y hacia Leo y una dulce melodía sólo de piano, la atmósfera de la Riviera parece nostálgica. Y es que llega “Nostalgia”, una balada que no puede encajar mejor con una voz más suave de Leo, que llega a todos los tonos. También entonan “Inmortal” del mismo modo, con la piel de gallina y las lágrimas a punto de derramarse de emoción. Qué buen fin de acto.

ACTO IV – “LA NOCHE DEL FÉNIX”

La historia se repite, aunque siempre con diferencias estéticas: unas bailarinas haciendo lo propio mientras la voz en off recita el soliloquio correspondiente. Esto anuncia la llegada al cuarto y último acto, el que corresponde a su cuarto disco: “Raíces”.

Una batería inicial y la histeria del público forman la introducción perfecta para “Cuestión de Fe” que comienza con la adrenalina a simple vista. Leo Jiménez, ataviado con un antifaz, se desgañita en directo mostrando su gran potencial mientras un juego de luces rojas y blancas tiñen el escenario. Incluso se marca un rap archi-conocido por todos nosotros previo a un solo de guitarra que pone la piel de gallina. 

Después de declarar lo bien que se lo están pasando y animar al público a abrazarse, algo que el Covid nos ha quitado en la actualidad, arranca “Sin Amar”. Unas bailarinas unidas por cadenas de hierro salen a escena mientras Leo se funde con el resto de la banda en una de las canciones que más incitan a corear del disco. Este mensaje tan romántico nos llega de la mejor manera posible, con rock del bueno.

Stravaganzza "impotencia ii" (videoclip)

El público enloquece con la llegada de “Impotencia II” y la entrada en escena de Korpa, cantante de “Fuck Division”. Su forma de vestir, con una camiseta deportiva, rompe con la estética tan cuidada de la banda y su voz, tan gutural que impone respeto, se une a la melodiosa de Leo para dar al público lo que pide: metal. Además, la interacción entre ambos cantantes es un aliciente más para la adrenalina de todos los que lo presencian. Interpretan una versión muy interesante del tema original, con ciertas diferencias respecto de la original, pero encaja mejor en la fusión de estos dos tonos tan distintos de voz. Leo, tras despedirse de su colega, introduce la recta final del concierto.

Un Millón de Sueños” es el tema que sigue, con una introducción muy pegadiza tocada con el violín principalmente. El tema prioriza más la melodía que los riffs oscuros que suelen protagonizarlos. Podemos escuchar perfectamente los gritos de un público que, ondeando sus brazos en el aire, tararean hasta los riffs de guitarra.

Agonía”, ese sentimiento tan odiado pero que todos hemos sufrido en algún momento, comienza con una dulce melodía de piano hasta que las guitarras atronadoras la sustituyen y entra la voz de Leo que, poco a poco, irá ganando intensidad. La hiperactividad de Patricio y de Leo contrastan en este tema con la concentración que mantiene estáticos a los dos guitarristas pero que, pese a todo, siguen haciendo que los fans vibren con cada acorde.

La última canción que interpretan de este cuarto álbum es “Raíces”, con una intro tocada a base del violín y un piano tan armoniosa que incluso Leo se contagia para cantar suavemente a su ritmo. La banda va entrando paulatinamente con unos riffs menos cañeros hasta que, una vez llegado el segundo estribillo, la banda explota en ese terremoto de guitarreo del bueno, del que no deja a nadie sentado. El público da hasta la última gota de sudor por ellos para demostrar, con orgullo, ser parte de la familia “stravaganzzer” pues, una vez les ves, ya formas parte de Stravaganzza.

Tras un falso “hasta pronto familia” la banda da por finalizado el cuarto acto. Sin embargo, poco se hacen esperar los vises que el público gritaba desde ese “adiós”. Vuelven con la canción que mayor fama les ha dado: “Hijo de la Luna”, una versión del tema que tiene el mismo nombre de la banda “Mecano”. Sin embargo, es una de las canciones más exitosas de su repertorio. El inicio tan coplero pronto se distorsiona para estallar por los aires al llegar el famoso estribillo: todos los músicos viviendo esta pieza, Leo dejándose la piel en su interpretación y un público alocado que sólo quiere pasárselo bien disfrutando de este momentazo.

El concierto finaliza con otra de sus versiones más famosas: “Eloise”. La canción, originalmente de Barry Ryan, pertenece a su disco “Réquiem” y es una de las mejores canciones para cerrar este concierto. Atronadores riffs distorsionados de guitarra, un ritmo aplastante, la siempre aguda voz de Leo entonando cada nota a la perfección y un público que, tras dos horas y media de concierto, aún parece tener energía para aguantar otras cinco más. Quizás debido a que se acaba esta noche tan especial para él, Leo es capaz de expresar con su mirada directa hacia el público mucho más de lo que lo haría con palabras. ¿Gratitud? ¿Entusiasmo? ¿Gozo? Parece más correcto decir que era un cóctel Molotov de todos esos ingredientes.

CONCLUSIÓN sobre “LA NOCHE DEL FÉNIX” de Sravaganzza

Lejos quedan los tiempos en que Stravaganzza era incomprendida por el público del metal español. Ahora, gracias al apoyo de muchas personas y a la perseverancia, insistencia y experiencia, Stravaganzza goza de unos de los fans más fieles a ellos. Todo esto queda demostrado y probado en este DVD en directo. Un resumen perfecto de la trayectoria de la banda interpretado en directo. ¿Qué más podemos pedir? Sin duda estamos ante uno de los mejores discos de los últimos años, casi dos horas y media de la mejor música. Riffs aplastantes, melodías pegadizas muy cañeras, solos que nos pondrán la piel de gallina y una puesta en escena impecable gracias a las bailarinas y a los juegos de luces. Todo ello sumado al increíble equipo que forman Leo y los suyos junto a los invitados hacen que vibremos y sigamos vibrando cada vez que veamos este disco. Recomiendo verlo a todo fan de la banda e incluso a los fans de la música, pues este concierto puede hacer historia en la banda y, por supuesto, en los fans que tanto les disfrutamos.

Reseña de David Medrano

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