Me levanto hoy hecho polvo después de haber asistido ayer al concierto de Aerosmith + Alter Bridge + Eclipse, y aunque mi primera intención era escribir una crónica del concierto, lo único que me pide el cuerpo es quejarme.
Los seguidores del Hard Rock y Heavy de la capital tenemos que aguantar cada verano que los mejores festivales sean en ciudades a cientos o miles de kilómetros y que a Madrid solo le queden algunas migajas con todo mi respeto.
Mayo y junio son meses en los que la ciudad está a tope, todavía no hay nadie de vacaciones y el clima ya acompaña para hacer buenos festivales. Pero ¿Dónde? ¿Cómo?
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Este año hemos visto como el Download Festival se celebraba en La Caja Mágica, pero si se ocupa el parking ¿Dónde dejo el coche? Al menos la ubicación de este sitio está más o menos bien comunicada e incluso caminando se pude llegar a distintos puntos de Madrid sin problemas.
Ayer tocó la jornada que cada año tenemos con los grupos que ya que vienen al RockFest de Barcelona aprovechan y se pasan por aquí. Y, por cierto, “ole” por ellos que al menos nos alegran un día a los que por una razón u otra no podemos ir al RockFest. Eso sí, a nosotros nos toca en diario… debe ser que a los madrileños no les importa eso de dormir para ir a currar al día siguiente.
Pues bien, estos mini-festivales pre o post RockFest siempre son en el Auditorio Miguel Ríos de Rivas. Un sitio que por sí mismo no está mal ya que se encuentra semi protegido por la montaña, pero que tiene algunas carencias importantes y algunas de ellas inadmisibles.
- Localización. Rivas está lejos de Madrid, esto obliga a ir en algún tipo de transporte. Salvo que vivas en Rivas, es imposible ir andando.
- Tráfico. La ciudad se convierte en una auténtica ratonera. Se tardaba ayer entre 1 y 2 horas en poder salir a la carretera de Valencia, algo a lo que no ayudó el hecho de sembrar rotondas y vías de servicio con controles de alcoholemia. Desde aquí queremos agradecer a los servicios públicos que velen por nuestra seguridad al volante con tanta dedicación, y que al mismo tiempo se la sople y nadie mueva un dedo por organizar el tráfico de salida.
- Autobuses y taxis en la primera rotonda. Insuficientes, y lo peor que al final tienen que ir por los mismos sitios que los coches con lo que el tráfico te lo zampas igual.
- Restauración interior. Puestos de comida muy insuficientes, para coger algo de comer tienes que dedicar cerca de una hora… Así que si tienes hambre elije que grupo te quieres perder. Los mochilaman bien durante Eclipse y Alter Bridge, pero ahí desaparecieron para siempre y claro ir a la barra era una odisea.
No solo voy a poner pegas, hay algunas cosas buenas:
- Aseos en cantidad. Hay muchas opciones por el recinto para evacuar y se agradece. Lo que es un drama en algunos eventos, aquí no es ningún problema.
- Precios mochilaman. No meten suplemento por comprar la birra a los chicos y chicas de las mochilas.
- Se puede aparcar bastante bien ya que, a parte del parking habilitados, hay muchas posibilidades por las calles de la ciudad.
No me quiero liar más así que resumiendo, creo que en Madrid se necesita un lugar para conciertos y festivales en condiciones, con buenos servicios y comunicaciones. A día de hoy el Auditorio Miguel Ríos no lo es.