Nita Strauss, famosa por su trabajo con Alice Cooper, recuerda su peor concierto en su adolescencia y cómo esa experiencia la moldeó como artista
Nita Strauss, conocida por su virtuosismo a la guitarra y su trabajo con artistas de renombre como Alice Cooper y Demi Lovato, ha compartido una experiencia conmovedora que remonta a sus inicios en la música. En una reciente entrevista con Guitar Player, Strauss recordó lo que ella misma describe como el «peor concierto de su vida». Este episodio, aunque doloroso en su momento, se ha convertido en un punto de referencia en su carrera y un recordatorio de la resiliencia necesaria en el camino artístico.
La historia se sitúa cuando Nita tenía solo 12 o 13 años. En ese tiempo, se unió a su primera banda, llamada ODA. A pesar de su juventud y de no estar todavía en la escuela secundaria, se aventuró a participar en una Batalla de Bandas en un pequeño club de metal en San Fernando, conocido como el Cobalt Café. Sin embargo, la participación no era tan sencilla: para poder subir al escenario, la banda debía vender diez entradas a diez dólares cada una.
El grupo no contaba con una gran cantidad de amigos para ayudarles, y lograron vender solo cuatro entradas, que fueron compradas por la novia del baterista y el hermano de otro miembro. Ante la situación, el padre de Strauss, un músico experimentado, decidió intervenir y compró las seis entradas restantes para que su hija y su banda pudieran cumplir con los requisitos y tocar en el evento.
A medida que se acercaba el momento del espectáculo, la emoción era palpable. «Estábamos tan emocionados, ¡un verdadero show frente a gente real!», recuerda Strauss. La banda solo conocía tres canciones: dos originales y un cover de «For Whom the Bell Tolls» de Metallica. Sin embargo, lo que deberían haber sido un momento de triunfo pronto se convirtió en una experiencia desalentadora.
Al comenzar su actuación, las cosas no salieron como esperaban. En un giro inesperado, casi todos los asistentes al club comenzaron a abandonar el lugar. Para su sorpresa, esto incluía a miembros de una de las otras bandas participantes y a los jueces del evento. «Mi papá se quedó y las cuatro personas que compraron nuestras entradas estaban allí. Pero eso fue todo», comentó Nita, visiblemente afectada por la situación.
A pesar del desánimo, Strauss y su banda mantuvieron una actitud positiva durante su actuación. «Mirando hacia atrás, puedo decir que fue el peor concierto que he tocado, pero en ese momento estaba eufórica. Me sentía tan inmersa y feliz de estar en el escenario, usando mis botas y tocando frente a unas pocas personas. La banda estaba entusiasmada. No nos importaba que todos se fueran, ni que los jueces abandonaran el lugar. Solo pensábamos: ‘Sí, ¡estamos haciendo esto!’»
Este episodio, que podría haber desalentado a muchos jóvenes músicos, se convirtió en una lección vital para Strauss. Su capacidad para encontrar alegría y satisfacción en el acto de tocar, independientemente de la recepción que tuvieran, es un testimonio de su pasión por la música. «Por supuesto, no hicimos un gran espectáculo, pero en nuestra mente, estábamos dando lo mejor de nosotros», reflexionó.
El apoyo incondicional de su padre fue crucial en este viaje. «Mi papá fue increíble. Dijo que lo había hecho genial y que no debía dejar que la falta de público me afectara. Ambos, mis padres, fueron increíblemente comprensivos, pero también honestos. Si tocaba bien, me lo decían, y eso es muy importante, especialmente cuando eres joven y estás aprendiendo», enfatizó Strauss.
La experiencia vivida en aquel pequeño club ha dejado una huella permanente en su enfoque hacia la música y su carrera. A menudo, los artistas enfrentan desafíos y momentos difíciles, pero la forma en que uno responde a esas situaciones puede definir su trayectoria. Para Nita Strauss, ese concierto fue un recordatorio de su amor por la música y de la importancia de la perseverancia.
A medida que continúa su carrera, Strauss se ha convertido en un modelo a seguir para muchos músicos jóvenes, demostrando que incluso las experiencias más desalentadoras pueden llevar a un crecimiento significativo y a una mayor determinación en la búsqueda de los sueños.
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