Más allá de su llamativo nombre FLEDDY MELCULY nos presenta un interesante y original trabajo de Metal extremo
Si alguien te hace sonreír o te levanta el ánimo con su buen humor, siempre es importante agradecerle en esta vida. Es por eso que quiero hablar de una banda llamada FLEDDY MELCULY, cuyo nombre es inusual y llamativo, y que puede recordarnos al fenomenal cantante inglés que falleció, pero fue la voz de una banda soberana.
Aunque nunca había escuchado de ellos, en su tierra natal, Bélgica, son muy respetados y admirados. Hace siete años, aparecieron como una broma liderada por su vocalista Jeroen Camerlynck, pero rápidamente se convirtieron en una banda prodigiosa y portentosa en su creatividad musical. Han lanzado tres producciones en estudio y son un reclamo en festivales locales y de países vecinos.
Debutaron en 2016 con un EP titulado «Wat de Fok?», que contenía su canción más popular, «T-Shirt Van Metallica», en la que se presentaron como una banda nacida de Lars Ulrich y Lita Ford y tras una confrontación con el fantasma de Dimebag Darrell, se embarcaron en la búsqueda de la dominación mundial. Su propuesta es puro Hardcore en varias vertientes de Metal Extremo.
Su primer álbum, «Helgië», fue lanzado a finales de 2016 y tuvo una gran aceptación en Bélgica, a pesar de que cantan en neerlandés sobre temas desconocidos para muchos. Realizaron una gira por Bélgica y Holanda, con shows con entradas agotadas incluso en lugares donde normalmente no programan espectáculos de música Metal. También participaron en festivales como Pukkelpop, Graspop, Zwarte Cross, Rock Zottegem o Crammerock, donde triunfaron y ganaron renombre.
En 2018, lanzaron su segundo álbum, «De Kerk van Melculy», que recibió críticas muy favorables y les dio un estatus que muchas bandas en su tierra natal desearían tener. Durante la pandemia mundial, la banda evolucionó y se mantuvo firme, incluso lanzando su tercer álbum, «Sabbath Fleddy Sabbath», y el EP «And Just Niks For All» en 2021, lo que reforzó aún más su celebridad.
Ahora, con su cuarto álbum de larga duración, «Antichlist», la formación original sigue siendo la misma: Jeroen Camerlynck en las voces y, de vez en cuando, en la guitarra, Bart Govers en una guitarra, Tim Toegaert en otra guitarra y con una mascara blanca sin un aspecto definido, Sybren Camerlynck en el bajo y también enmascarado recordando a esa banda legendaria de Iowa, y Levy Dedobbeleer en la batería.
A pesar de las bromas y bromas, la banda en sí no es una broma. Musicalmente hablando realmente hablan en serio y eso no solo se refleja en composiciones turbias y directos en vivo precisos, sino también en el desarrollo que atraviesa el grupo por cada uno de sus discos. La discografía de FLEDDY MELCULY está llena de canciones que no cumplen con los estándares actuales o estrictamente precisos, pero en canciones de este disco utilizan la mofa y el sarcasmo para dar su distintivo en su lengua nativa. Las letras serias dan paso a un enfoque más cómico y relajado, desatando con sus ritmos vigorosos su honesta propuesta.
«Antichlist» sale al mercado con el apoyo del sello discográfico belga KAMERKLINK y SONY MUSIC ENTERTAINMENT BELGIUM que ha editado y limitado su producción en LP de varios colores que se refleja en la portada que nos recuerda el juego de mesa «Operación» o «Doctor Nervioso». También se ha puesto a disposición sus versiones de CD y en plataformas digitales.
En este momento el Metal Extremo de FLEDDY MELCULY es el más vendido, de más rápido crecimiento y más popular de Bélgica. Por eso se destaca de inmediato en «Antichlist» la buena producción, y especialmente la mezcla de los instrumentos como el bajo y la batería que están afinados con una perfección sorprendente que permiten unir las canciones muy bien.
Así tenemos catorce temas para disfrutar, inaugurandose «Let’s Go», un guitarrazo intenso y los primeros acordes implacables dan la salida de un corte lleno de entusiasmo repleto de toda la inventiva de los belgas que hasta incluyen un verso con voz mecanizada, están repletos de fogosidad, queda claro de qué se trata la canción: simplemente ve y haz cosas;
«Vandaag Nog Wel», , los decibelios van en aumento, las distorsiones son acaloradas con cierta influencia de las bandas precursoras del Hardcore intenso en donde los gritos de Mr. Camerlynck y las guitarras emparejadas de Mr. Govers y Mr. Toegaert suenan con una capacidad de ejecución imponente y los redobles de la caja sorda de la batería de Mr. Dedobbeleer es alucinante, renuevan las bandas old School en su estilo propio con su Punk Rock Hardcore desglosada fantásticamente;
«Fake», esos acordes consecutivos llenos de intensidad nos pueden hacer recordar a otra banda también añejada en el género, pero sin la genialidad de FLEDDY MELCULY, los tempos son marcados fenomenalmente junto con todo el abanico vocal de Mr. Camerlynck y los coros que invitan a respaldarlos gritándola a todo pulmón;
«Nee!», guitarras secas extenuadas por la rítmica que puede sonar estrepitosa pero sin salirse de lo concertado, el vocalista desempeña en un idioma alemán bastante fluido, cuando se incorporan las pausas prolongadas por el coro y los ritmos retumbantes, un tema propio para sus presentaciones en vivo; «Dudedeedurtwo», ahora quien inicia de forma increíble el corte es Mr. Camerlynck , el hermano del vocalista, con sus tonos graves de bajo unido a un tono de rap y samplers que proporcionan el estruendo que se coordina con el parafraseo y la vehemencia de la cadencia musical en todos los apartados, de mis favoritas del disco por mostrar toda la creatividad de la banda, es una canción que difícilmente se podría tomar en serio, sin ser una obra maestra musical y no tiene por qué serlo, ya que principalmente pretende ser una canción de juerga a lo Old School, como hemos tenido en los trabajos anteriores de la banda. Nos presentan este valor nostálgico, junto con lo absurdo de las letras y las líneas de bajo simplistas pero efectivas, esto es FLEDDY MELCULY;
«Melvin», como un cuento o un relato rimado con los sonidos largos o en diley de las cuerdas tenemos un tema recóndito en su configuración, insertando voces en off o gritos en medio de una muchedumbre que vaticinan un infortunio, la sensación de desdicha es evidente, la inspiración deriva de un buen amigo de la banda que falleció, que padecía una enfermedad persistente. La canción es genuinamente conmovedora y proporciona un giro bastante inesperado a este minutaje del larga duración. Sin embargo, la canción se siente como el linaje de los belgas porque los miembros demuestran con este himno personal que, a pesar de la creciente popularidad, no pierden de vista a sus fieles seguidores. La emoción y el amor que hay entre las notas es palpable y asegura que la persona de Melvin se convierta en una evocación inolvidable para quien la escucha, porque aun sin entenderla por su lenguaje flamenco, el sentimiento es perceptible;
«Geen Tijd Voor Spijt», regresamos a la potencia de los ritmos que ahora galantean con el Thrash o Speed Metal, la paradas de las guitarras levantan los ánimos, para cerrar con unos arpegios sutiles, con gritos y los graves invitando a hacer un headbanging apasionado, porque el corte lo incita;
«Geen Nieuws», como la anterior la profundidad y fuerza no se pierden, podría ser una continuación pero sin duda es todo el frenesí que posee este «Antichlist», porque no dan un respiro con el ritmo encandilado que tienen; «Behang», un sonido agudo y seco de arranque se asocia a la narración que va cambiando de un tono limpio a uno mas grave, hasta llegar a un final trivial y fútil, la excentricidad de la banda queda clara; «Korrel Zout» (con la colaboración de DJ Swordz), como la prolongación de la anterior después de un marcaje en un disco de rapear, el invitado da paso a toda su capacidad vocal, acompañado de una base propia del Rap pero con intervenciones del estilo Metal, la exasperación es notable y la inquina también tiene su espacio;
«Vroeger Was Alles Beter», acordes discretos e intrigantes en un acorde apetecible por el grado de distorsión que profesa con un samplers de fondo perfecto, el Old School es contemporáneo, otro de mis temas favoritos al transmitir sarcásticamente el sentimiento de nostalgia por el pasado tanto musical como lirico con un adecuado desglose artístico;
«Midlife Cri666», bajamos en los tempos rítmicos, dejando que imperen las percusiones de Mr. Dedobbeleer y el bajo de Mr. Camerlynck, con un ciclo de guitarras elípticas que sacuden a buen gusto, pero la detención de los graves para luego soltar los ritmos a buen sosiego es meritorio de FLEDDY MELCULY , su contenido sugiere cómo afrontar las consecuencias del envejecimiento sin perder el espíritu jovial;
«48 Barz», una llamada de teléfono de un personaje bastante molesto, es el atronador paso a un corte de Rap Metal con los graves como eje que embala una base para que Mr. Camerlynck demuestre que su capacidad vocal es potente, imposible no desear cabriolar a gusto;
«Slavendrijver», para finalizar el disco tenemos una canción que alcanza casi los seis minutos de duración, la más larga del mismo, en un tono pavoroso desde las voces que puntualizan y reseñan tenuemente y los acordes de todos los instrumentos son extensas y amplias creando un ambiente casi de Black Metal por lo lúgubre y sombrío que se desarrolla la canción hasta que van desapareciendo los instrumentos y se escucha que dejan solo al vocalista que se pregunta dónde están sus compañeros en un abandono que se conjuga con alguna lágrima y llorera desconsolante. Sin discutir nuevamente lo disfrutaré escuchándolo otra vez.
En los últimos años, muchos objetos cotidianos han pasado por el arsenal de FLEDDY MELCULY para dejarlos plasmados en sus canciones. Las luces intermitentes, las máquinas expendedoras, las tiendas nocturnas y la ropa de camuflaje demuestran una y otra vez que el barril de inspiración del cabecilla de la banda Mr. Camerlynck y asociados está lejos de terminar y que todavía hay suficientes objetos sobre los que la banda puede escribir. Por eso un giro completo que puede no encajar del todo en el álbum, pero que encaja exactamente en la imagen que los Belgas nos ha estado pintando durante años. Toma este disco «Antichlist», no lo sentencies o dictámenes de forma desmesurada y crítica y quizás lo más importante se ignore que es que nos proporcione diversión y sobre todo hacer lo que quieras con este disco.En absoluto FLEDDY MELCULY vuelve a ser llamativo y agudo en su cuarto larga duración, pero esta vez la banda también muestra un lado diferente y sensible. Es genial que todavía se escuche la progresión y que también hayan buscado otras influencias y ángulos musicales en los géneros del Metal Extremo. Demuestra que están lejos de terminar y con esta colección de nuevas canciones, catorce alterables todas demuestran una vez más que la broma está lejos de terminar. El grupo ha dado con «Antichlist» una colección de melodías que alternan rápidamente escenas cómicas con temas serios en tonos impetuosos. «Antichlist» está bien ensamblado con el absurdo que solo una banda como FLEDDY MELCULY puede manejar, ellos siempre mantendrá el humor, junto a su sonido Extremo después de todo, eso es por lo que son famosos y renombrados, esperamos que se den una vuelta por nuestro país para disfrutarlos íntegramente.
Crítica de Pepe Cortez