¡Los 90 No Pudieron con Ellos! 10 Joyas de Bandas Ochenteras que Reinaron en la Década Grunge

Mientras el hair metal se desvanecía y el grunge emergía, los titanes del metal de los 80 demostraron su inmortalidad con discos que definieron una era

¡Atención, amantes del acero y la distorsión! Aquí vuestro equipo de Rock and Blog, con una misión clara: desmentir un mito y celebrar la resiliencia del rock y el metal. Los años 90 suelen ser recordados como la década en la que el hair metal se desvaneció como una laca barata y el grunge, con sus camisas de franela y su actitud desinteresada, tomó el control del panorama musical.

Pero, ¿y si os dijéramos que esa narrativa es solo una parte de la historia? Mientras algunos géneros se tambaleaban, los verdaderos titanes del thrash y el heavy metal no solo aguantaron el chaparrón, ¡sino que lanzaron algunas de sus obras más maestras! Bandas que forjaron su leyenda en los 80 demostraron una longevidad y una capacidad de reinvención que aún hoy nos deja boquiabiertos.

En esta entrega especial, vamos a destapar 10 álbumes absolutamente brutales de bandas de los 80 que no solo sobrevivieron a los 90, sino que los conquistaron. Prepara tus oídos, porque esto es una lección de historia del metal que te hará headbangear sin parar.

Comenzamos con una declaración de intenciones que marcó el inicio de la década: Judas Priest y su inmortal Painkiller de 1990. Tras un Ram It Down que quizás no convenció a todos, los innovadores del heavy metal británico regresaron con una furia y una velocidad que recordaba a sus mejores tiempos de principios de los 80. Fue un retorno a la forma apoteósico, un disco que gritaba ‘¡aquí estamos y no nos vamos!’ incluso mientras el grunge asomaba la cabeza.

Y hablando de declaraciones de intenciones, ¿qué podemos decir de Megadeth y su Rust in Peace? Lanzado también en 1990, este álbum es, sin duda, una de las cumbres del thrash metal. Con una alineación clásica en su apogeo, Mustaine y compañía entregaron un disco lleno de riffs intrincados, solos vertiginosos y una agresividad controlada que lo eleva al panteón del género.

«Rust in Peace es un álbum de 10/10, rebosante del genio de Megadeth. Cero espacio desperdiciado, cero momentos aburridos. Sin duda, un álbum de Rushmore del thrash.»

Y para cerrar el glorioso año 1990, no podemos olvidarnos de los maestros del metal extremo, Slayer, y su Seasons in the Abyss. Es, para muchos, la culminación de su sonido ochentero, un disco que entregó algunos de sus temas más feroces: ‘War Ensemble’, ‘Dead Skin Mask’, ‘Born of Fire’… ¡puro salvajismo! Mientras el hair metal agonizaba, el thrash estaba en llamas, y Slayer lo demostró con creces.

Saltamos al final de la década para encontrarnos con una obra maestra del death metal progresivo. En 1998, Death nos regaló The Sound of Perseverance, un álbum que sigue siendo uno de los más pesados y complejos jamás lanzados. Con la brutalidad de Steve DiGiorgio al bajo, este disco rezuma malevolencia de principio a fin.

«Con la brutalidad de Steve DiGiorgio, The Sound of Perseverance rezuma malevolencia de principio a fin. ¡No me resuciten si muero escuchando este álbum!»

Aunque su teatral In the Shadows de 1993 fue un gran regreso, queremos destacar el disco que cerró la década para Mercyful Fate: 9, de 1999. King Diamond y los suyos demostraron que seguían en plena forma, soltando más riffs demoledores que cualquier banda de nu-metal de la época. Fue un regreso a sus raíces y una declaración de que ‘lo que no está roto, no se arregla’, manteniendo viva la llama del heavy metal oscuro y épico.

Los 90 no significaron un respiro para Anthrax, que lanzó seis álbumes de estudio entre 1991 y 1999. Aunque discos como Sound of White Noise o Stomp 442 tienen sus méritos, es Persistence of Time, de 1990, el que se mantiene como su lanzamiento más feroz de la década. Ese riff pantanoso de la canción principal fue el puente perfecto entre el thrash ochentero y el sonido groove de los 90. ¡Una joya subestimada!

Los incombustibles Motörhead demostraron que seguían teniendo la chispa con 1916, lanzado en 1991. Su noveno álbum de estudio logró la proeza de incluir himnos clásicos como ‘The One to Sing the Blues’ junto a un tributo punk rock a los Ramones y una balada lenta y conmovedora sobre la Primera Guerra Mundial. No había quien parara a Motörhead cuando estaban en racha, y este fue uno de esos discos legendarios.

En el paisaje sonoro de 1993, no había mucho espacio para el prog o el power metal, pero a Blind Guardian les importó un pimiento. Somewhere Far Beyond no fue su primer álbum sólido de los 90, pero este séptimo larga duración fue particularmente inspirado. Además, fue el último disco grabado por el guitarrista André Olbrich antes de su muerte, y su trabajo es sencillamente magnífico en todo el álbum. Una obra maestra épica que desafió las modas.

¡Ah, aquellos días! Añadiendo a la tradición del thrash en 1991, Sepultura lanzó Arise a principios de la década. Fue como si todas las lecciones del thrash de los 80 hubieran sido aprendidas por la banda brasileña, dando como resultado uno de los discos más bélicos y totalitarios de la época. Un torbellino de thrash y death metal que catapultó a Sepultura a la élite mundial. Posiblemente el mejor trabajo de su discografía, una unión perfecta de sus estilos thrash y death metal.

Y para cerrar esta brutal lista, volvemos a 1990 con los titanes alemanes del thrash, Kreator, y su demoledor Coma of Souls. Este disco es la quintaesencia del thrash teutón, un álbum que demostró que la ferocidad y la velocidad seguían siendo el pan de cada día para bandas como Kreator. Riffs afilados como cuchillas, ritmos frenéticos y una agresividad implacable que lo convierten en un clásico instantáneo. ¡Pura energía metálica para despedir la década con honores!

Como veis, la narrativa de que los 90 fueron el fin de las bandas de los 80 es, cuanto menos, incompleta. Estos diez álbumes son solo una muestra del increíble talento, la tenacidad y la capacidad de adaptación que demostraron estas leyendas. No solo sobrevivieron, sino que prosperaron, dejando un legado imborrable y demostrando que el buen metal es atemporal.

¿Qué os ha parecido nuestra selección? ¿Hay algún otro álbum de los 80 que conquistó los 90 que creéis que debería estar en esta lista? ¡Dejadnos vuestros comentarios en nuestras redes sociales y sigamos rockeando juntos! ¡Larga vida al metal!