El icónico padrino del shock rock desvela los secretos de su longevidad en los escenarios y su compromiso con el personaje.
Una de cal y una de arena. Coverdale se retira, pero… siempre nos quedará Alice Cooper. Y es que el incombustible padrino del shock rock, ha vuelto a dejar claro que la palabra «retirada» no figura en su diccionario. En una reciente aparición en el programa «Trunk Nation With Eddie Trunk», el músico de 77 años abordó sin tapujos la pregunta sobre un posible tour de despedida, algo que quizás tú también te hayas planteado al ver a otros artistas.
«La retirada ni siquiera está en mi vocabulario», afirmó Cooper. «Hay un grupo de tipos ahí fuera a los que llamo ‘lifers’ (eternamente activos), como Mick Jagger, gente que lo hace no porque necesiten pagar las facturas. Podríamos habernos retirado hace 30 años, financieramente. Es simplemente lo que hacemos».
Una de las grandes preocupaciones para cualquier vocalista a medida que envejece es el deterioro de la voz. Sin embargo, Alice Cooper asegura que su instrumento vocal se mantiene en plena forma. ¿Su truco? Mantenerse en un rango vocal medio.
«Nunca he perdido mi voz porque canto en el rango medio», explicó. «No canto tan alto como Steven Tyler de Aerosmith. No intento alcanzar esas notas. Tengo chicos en la banda que pueden cantarlas. Si canto en mi rango medio, que es lo que siempre he hecho, y hay un punto alto donde puedo llegar bastante bien, eso no te quema la voz».
Cooper señala que el desgaste es inevitable para quienes fuerzan la voz a tonos muy altos durante conciertos largos, como Tyler, quien ha estado haciéndolo desde los años 70. «Es el desgaste», comentó. «Nada de lo que hizo está mal; es solo la forma en que canta, y tu cuerpo se desgasta. He tenido la suerte de mantener mis voces en la sección media, así que nunca he perdido mi voz, nunca».
La longevidad de Alice Cooper en los escenarios no se debe solo a su técnica vocal. El artista atribuye gran parte de su vitalidad a un estilo de vida disciplinado y una mentalidad libre de estrés. Hace 42 años que dejó el alcohol y las drogas, y nunca ha fumado cigarrillos, algo que considera un «gran bonus».
Su matrimonio con Sheryl Cooper, quien también forma parte de su espectáculo desde hace 50 años, es otro pilar fundamental. «Es el romance perfecto, nunca nos cansamos el uno del otro», confiesa. Además, su pasado como corredor de larga distancia en Arizona le ha dado una resistencia física envidiable. «Todavía hago dos millas por noche en el escenario», revela. «Nunca he tenido problemas con tobillos, rodillas, caderas, espalda, nada. Creo que es porque te mantienes en movimiento».
Otro aspecto crucial para Cooper es mantener la integridad del personaje de Alice Cooper. «Siempre pensé que si alguna vez engordaba 15 kilos o si no me veía como el Alice Cooper que quiero ver en el escenario, no lo haría», explicó. «No creo que la audiencia quiera ver a un Alice Cooper gordo; quieren ver a Alice Cooper con todo su atuendo».
«La retirada ni siquiera está en mi vocabulario. Hay un grupo de tipos ahí fuera a los que llamo ‘lifers’, y eso es Mick Jagger, gente que lo está haciendo no porque necesiten pagar las facturas. Podríamos habernos retirado hace 30 años, financieramente. Es el hecho de que eso es lo que hacemos».
Para él, Alice Cooper es su estrella de rock favorita, y él mismo lo diseñó para que fuera así. Si el personaje dejara de ser lo que espera, entonces se plantearía dejarlo, por respeto a los fans. «Sería una decepción si él siguiera y no pudiera hacerlo, solo por hacerlo. Eso no es justo para los fans», sentenció.
Alice Cooper sigue el ejemplo de bandas como The Rolling Stones, viendo a Mick Jagger como el prototipo de longevidad y energía en el escenario. «Si Mick puede hacerlo, yo también», concluye, demostrando que su pasión por el rock es tan fuerte como el primer día.
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