Crónica de Shiraz Lane. Madrid. Sala Caracol. 04 de noviembre 2017. Sorpresa, energía, cariño y buen Hard Rock en La Caracol.
La cola, que esperaba ya pacientemente en las puertas desde las 18 horas, hora en la que llegaba a la zona para las cañas de rigor, me llenó de alegría y me hacía tener esperanzas para que cambiara a grande lo que para mí iba a ser una noche más, sin pena ni gloria, para esto del Hard Rock o del AOR.
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Una vez dentro, y a las ocho en punto, se apaga la música de ambiente y comienza lo que sería la intro de la primera banda de la noche, los finlandeses Shiraz Lane, banda a la que volvía a ver unos 7 meses después, en la maravillosa descarga, su primera como cabezas de cartel, en la Sala Barracudas, también de Madrid.
Shiraz Lane
Nada más salir al escenario, Ana Willman, batería, Jani Laine, guitarra, Miki Kalske, guitarra, Joel Alex, bajo, y Hannes Kett, cantante, se dieron cuenta, como yo, de que había más gente de la esperada, por lo que había que desfogarse, había que darlo todo, es una plaza golosona, una sala buena, y con gente, era el momento de apostar. Y así fue, su salida al escenario fue como os comento, energía y fuerza a raudales, se comían el escenario.
Wake Up fue el primer puñetazo que asestaron, sonó directa al máximo, y tiene un final, con el riff y todos es el escenario, tan entregados, que ponía ya, desde el primer minuto, el listón muy alto. Esto comienza bien, muy bien.
Tuvieron una gran ovación, no es para menos, y aquí llegó, para mi sorpresa, una más, que no iban a apostar por tocar solo los temas de su primer disco, también nos iban a deleitar con temas nuevos, como Carnival, un tema distinto, más hardrockero, no tan sleazy, que me gustó mucho. Continuaron con Begging For Mercy, volvimos a su primer disco, con el que se notó que llevan tocándola mucho tiempo y se la saben de memoria, no pararon de moverse todo el rato por el escenario, parecía que se disputaban entre ellos la parte limpia del escenario, aquella en la que no había monitores y les acercaba más al público. El bajo en esta canción sonó brutal. Volvemos a un tema nuevo, pero ya conocido, lo presentaron hace pocos días, Harder To Breathe, con la que, y tras haber oído la anterior, me decanto a que su nuevo disco va a ser más hardrockero, con ritmos más pesados, y no va a tener, sobre todo en las voces, rangos tan altos ni tantos “falsetes”. Como sonaba el riff, como se movían, no paraban y como el cantante dominaba esos tonos altos con otros más bajos, es un gran cantante, ¡vaya temazo!
Llega el momento de comentar uno de los momentos graciosos de la noche, tras esta canción, pasó cada dos temas, más o menos, en los descansos entre tema y tema, unos demonios, cinco, subían al escenario para ofrecer a la banda un refrigerio y mostrarles su admiración. Estos demonios no eran más que los mismos Brother Firetribe con máscaras.
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Story To Tell, una de las canciones más melódicas que tienen, sonó después, con una voz brillante, y después engancharon con dos canciones nuevas, PLU y Shangri-la, que sonaron muy bien, como todas. El final de Shangri-la, me recuerda al final del Blood on Blood de Bon Jovi. ¡Fantástico!
Y para acabar, dos clásicos, Mental Slavery y Out There Somewhere, de su EP del 2015, que sonaron brutales, ellos disfrutaron como enanos e hicieron que disfrutáramos.
Estos chicos, con el pedazo de bolo que hicieron, está demostrando una evolución fantástica: de 7 meses a aquí han mejorado en el directo, sobre todo en actitud, sus temas nuevos prometen mucho. Shiraz Lane es ya una banda muy a tener en cuenta por todos. Gracias chavales.
Texto y Fotos de Ape Navarro
A continuación os presentamos la Crónica de Brother FireTribe en Madrid
