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Iron Maiden hace una demostración de fuerza en el Metropolitano de Madrid con un setlist legendario y una puesta en escena que reafirma su reinado en el heavy metal

Iron Maiden convirtió Madrid en la capital mundial del heavy metal el pasado 5 de julio de 2025, con un concierto único en España dentro de su gira “Run For Your Lives”, celebración de nada menos que 50 años de historia. Una auténtica marea humana de más de muchos miles de fans llenó el Estadio Metropolitano, las calles aledañas e incluso el atasco de la M40 con camisetas, chupas, y gargantas listas para cantar cada estribillo.

Precalentamiento glorioso en El Gran Escenario

Pero antes de pisar el estadio, hicimos una parada obligada en El Gran Escenario, un bar/restaurante que se ha convertido en punto de encuentro para los fans de los eventos musicales en Madrid, y para los futboleros en días de partido. Allí vivimos un precalentamiento brutal gracias a una bandaza que se marcó versiones espectaculares de clásicos de Iron Maiden, Metallica, Guns N’ Roses, Dio y muchos más. Fue el mejor aperitivo posible para entrar con las pilas cargadas al Metropolitano.

No solo la música estuvo de diez: el ambiente era una auténtica comunión entre metalheads venidos de toda España, compartiendo cervezas, anécdotas y quinielas sobre el setlist. Queremos agradecer de corazón la experiencia increíble y el trato recibido por toda la gente de El Gran Escenario, que hicieron que la previa del concierto fuese ya, de por sí, una fiesta inolvidable.

Avatar: metal teatral para calentar motores

La noche comenzó con un arranque potente a cargo de Avatar, que ofrecieron un show breve pero intensísimo. Los suecos aparecieron ataviados con su estética circense y oscura, encabezados por un Johannes Eckerström que derrochó carisma y teatralidad. Tambien sudor, al hombre le tocó la peor hora, aunque algunas nubes pasajeras sirvieron de salvavidas.

Su setlist fue:

  • Dance Devil Dance
  • The Eagle Has Landed
  • Captain Goat
  • In the Airwaves
  • Bloody Angel
  • The Dirt I’m Buried In
  • Smells Like a Freakshow
  • Hail the Apocalypse

Con “Dance Devil Dance” encendieron la chispa, y en “The Eagle Has Landed” desplegaron toda su vena dramática, con cambios de ritmo y riffs brutales. “Bloody Angel” fue uno de los momentos más celebrados, con el público coreando el estribillo. Cerraron con una incendiaria “Hail the Apocalypse”, dejando el estadio bien caliente para la llegada de Maiden.

Iron Maiden: un viaje por cinco décadas de historia

Tras el clásico “Doctor Doctor” de UFO, que ya es sinónimo de “¡empieza el show!”, se desató la locura. El estadio rugió cuando comenzó “The Ides of March”, la intro instrumental que sirvió de antesala a un repertorio de puro clásico tras clásico.

Aquí el setlist definitivo que sonó en Madrid:

  • Doctor Doctor (UFO song, intro grabada)
  • The Ides of March
  • Murders in the Rue Morgue
  • Wrathchild
  • Killers
  • Phantom of the Opera
  • The Number of the Beast
  • The Clairvoyant
  • Powerslave
  • 2 Minutes to Midnight
  • Rime of the Ancient Mariner
  • Run to the Hills
  • Seventh Son of a Seventh Son
  • The Trooper
  • Hallowed Be Thy Name
  • Iron Maiden

Encore:

  • Churchill’s Speech (intro)
  • Aces High
  • Fear of the Dark
  • Wasted Years
  • Always Look on the Bright Side of Life (despedida grabada)

La noche fue una descarga de adrenalina constante. “Murders in the Rue Morgue” puso a saltar a medio estadio, mientras Bruce Dickinson, vestido de preso, corría de un lado a otro. “Wrathchild” y “Killers” trajeron el espíritu más crudo de los primeros Maiden, con Steve Harris liderando los coros con su bajo.

Uno de los momentos álgidos fue “Phantom of the Opera”, con un Bruce espléndido, modulando cada estrofa entre teatralidad y épica. El público coreaba cada cambio de ritmo como si fuese un himno de estadio.

“The Number of the Beast” provocó un estruendo digno de fin de partido de Champions. A partir de ahí, la noche se convirtió en un desfile de himnos: “The Clairvoyant” recuperó la magia de Seventh Son of a Seventh Son, mientras “Powerslave” y “2 Minutes to Midnight” mostraron a la banda en estado de gracia.

“Rime of the Ancient Mariner” se vivió como una auténtica epopeya. Los casi 14 minutos pasaron volando, con partes atmosféricas y explosiones de luz que mantenían en vilo a toda la grada.

“Seventh Son of a Seventh Son” fue otra de las sorpresas más bienvenidas, con su atmósfera mística y los teclados generando un ambiente hipnótico. El estadio parecía hechizado.

“The Trooper” hizo estallar a todo el mundo. Bruce ondeando la bandera británica, y también la española, Eddie saliendo vestido de soldado, y el público berreando el estribillo con pasión absoluta. “Hallowed Be Thy Name” no nos permitió bajar las pulsaciones, con Bruce dramatizando cada verso y la multitud entregada.

Tras “Iron Maiden”, se hizo un breve silencio que dio paso al “Churchill’s Speech”, preludio de “Aces High”. La gente enloqueció mientras imágenes de Spitfires sobrevolaban las pantallas LED.

El trío final con “Fear of the Dark”, “Wasted Years” y la despedida con “Always Look on the Bright Side of Life” fue la guinda de un concierto absolutamente memorable. En “Fear of the Dark”, el Metropolitano se convirtió en un mar de luces móviles, en una postal para el recuerdo.

Producción Sonido y espectáculo

El montaje de esta gira mantine toda la esencia Maiden: pero con unas enormes pantallas LED que se sincroniza muy bien con el show teatral de Bruce logrando efectos muy originales. Por supuesto Eddie no faltó.

Bruce Dickinson no paró ni un segundo. Corrió, gritó, ondeó banderas, naufragó, cantó enjaulado antes de ique le pusieran la soga al cuello… habló un poquito de español pero está calro que no lo necesita para conectar con el público.

Simon Dawson, sustituyendo a Nicko McBrain, hizo un trabajo impecable. Especialmente en piezas exigentes como “Rime of the Ancient Mariner” o “Seventh Son of a Seventh Son”, demostró que está a la altura de la historia de Maiden.

Y en cuanto al sonido… Pues una pena, desde nuestro punto de vista a mitad de pista, gran parte del concierto solo escuchábamos batería y lololos, en el último tramo la cosa mejoró. Por lo que hablamos con colegas de grada, algunos lo escucharon algo mejor, pero en los fondos laterales la cosa también estaba fatal. Creo que el Metropolitano no funciona bien con conciertos en formato clásico (con el escenario al fondo) o igual es cosa de los técnicos de la banda. Lo comprobaremos el próximo sábado con AC/DC.

Sea como sea Iron Maiden demostró en Madrid que la bestia sigue viva y coleando. 50 años de trayectoria no pesan cuando hay pasión, profesionalidad y conexión con el público. Fue una noche redonda, llena de clásicos y momentos inolvidables, que deja claro por qué Iron Maiden siguen siendo los reyes del heavy metal.

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