OPETH continúa sorprendiéndonos con su maestría y creatividad. “The Last Will and Testament” es una obra que marcará su legado por muchos años más.
La traducción de esta nueva producción de la banda sueca es “La última voluntad y testamento”, un deseo de quien quiere dejar un legado que perdure sin olvidar quién es o lo que ha hecho. Este es el siguiente proceso que OPETH nos trae en esta decimocuarta producción, que posee una impresión vibrante tras la espera de casi una década para tener nuevo material.
A OPETH se les ha catalogado como una banda de metal progresivo con elementos de death metal al estilo de este nuevo siglo, que les da una importancia característica en cada disco que nos entregan. En su trayectoria, integran acabados a sus canciones que mejoran la percepción hacia su inventiva, permitiendo a los suecos realizar una transición más perfecta, genuina y apropiada en “The Last Will and Testament” del momento en que se ubican.
Responsables de este sonido son los músicos: el cabecilla Mikael Åkerfeldt en las voces y guitarras; Fredrik Åkesson, en la otra guitarra y coros; Martín Méndez, en el bajo; Waltteri Väyrynen, en la batería y percusiones; y Joakim Svalberg, en los teclados y coros.
Juntos, han hecho metal progresivo durante más de tres décadas y en 13 álbumes de estudio, en una búsqueda incesante de contribuciones sonoras combinadas con un death metal de alta calidad. Han logrado un equilibrio deslumbrante entre lo moderado y lo complejo, adaptando sus composiciones a la perfección que otorga el tiempo y la experiencia.
“The Last Will and Testament” es inminente porque simboliza y escenifica cinco años de espera desde su predecesor. Marca el debut de Mr. Väyrynen en la batería, el regreso de las voces guturales de los inicios de la banda y se convierte en el segundo disco conceptual desde su producción de 1999, “Still Life”.
La impresión y el criterio de este nuevo disco se promueven en el relato de la gestión de un personaje acaudalado, acompañado por un abogado miserable y un jefe de familia solemne por su posición social. Cada tema desarrolla la competencia maquiavélica y sinuosa de su parentela, destacando especialmente el §7, donde se lee el testamento de forma perversa para unos adjudicados muy confiados. Todo esto se armoniza en una trama contradictoria que culmina en una tragedia familiar sosegada.
Este álbum conceptual se inspira en la vida de un hombre y su voluntad. La idea surgió cuando Mr. Åkerfeldt evaluó la colección de discos de un hombre fallecido como un favor a un amigo dueño de una tienda de discos.
El disco contiene ocho temas donde el sonido progresivo de OPETH se siente más cercano a lo siniestro y abrumador que frecuentaban en sus inicios. Con dinamismo entre tonos vocales, distorsiones limpias y gruesas en las guitarras, y transiciones meticulosamente trabajadas, cada pista actúa como un capítulo bien planeado de una trama general.
La historia intensifica sus emociones con cambios intencionados, proporcionando un mayor impacto en su desarrollo. El respaldo del álbum viene de la discográfica germano-estadounidense Reigning Phoenix Music. Fue producido y mezclado por la banda, grabado en los Rockfield Studios en Monmouthshire, Gales, mezclado en Atlantis y Hammerthorpe en Estocolmo, Suecia, y masterizado en los míticos Abbey Road Studios en Londres, Reino Unido.
En “The Last Will and Testament”, encontramos una mezcla magistral de ambición progresiva y conmoción lírica. El disco sumerge al oyente en un paisaje sonoro cuidadosamente elaborado, con un viaje teórico e intelectual atractivo y emocionalmente intenso.
Los cortes son variados pero centrados en la idea principal, compactos y con un minutaje más breve. Aunque no es tan trágico como los conceptos anteriores de OPETH, logra entretener y complacer a su público.
Está dividido en siete partes, y los símbolos significan «párrafos» en sueco o varias historias en el relato. Arrancamos con «§1»,https://youtu.be/nZmFQE3TlPA?si=Lqw3J-F6kHwGqapr, el primer sencillo de esta producción, una introducción intrincada de acordes en progresión de cambios de compases ágiles con trascendencias terroríficas vertidas en las notas del bajo de Mr. Méndez y el estreno de Mr. Väyrynen en los parches de forma retumbante, con los detalles de inclusión de sonidos de relojes o voces infantiles, junto con la densidad vocal y los teclados añejos de Mr. Svalberg que le dan calidad atrapante; «§2», el comienzo de teclados espeluznantes y la forma de las guitarras de Mr. Åkerfeldt y Mr. Åkessson en un vibrato narrativo en giros constantes de armonías con tempos de pausa para los teclados profundos y apresurados ponderados con maestría propia de OPETH; «§3», https://youtu.be/7Ph5o3xpJ_8?si=ZJ5Iroi3GJnt8f_L, con las letras justificadas en revelar los secretos familiares, con acordes sombríos y conspirativos que aumentan la incertidumbre en todos los ámbitos configurando un crescendo vibratorio escalofriante en las distorsiones y afinaciones de un Death Metal Progresivo de cambios de compases que tonifican el entorno de la historia que se desarrolla confusa e incierta; «§4», https://youtu.be/UenLRXki8KA?si=bFbXaN4vyXXZgJaV, de mis favoritas por todo el despliegue polifónico, en donde disfrutaremos de un suave interludio de arpas y flautas con un pesado pasaje de guitarra a través de un sutil crescendo de batería y, a pesar de la instrumentación contrastante, es suave y cohesivo, el tema es antojadizo por como brota y se emulsiona, el dueto de cuerdas es impresionante, es una mezcla magistral de cambios de tempos que nos agita con una complacencia que solo los suecos nos pueden dar, por cierto el musico Ian Anderson es quien ejecuta el instrumento de viento metal; «§5», OPETH deja claro la diversidad y rebuscamiento en este corte con los tonos de bajo casi danzarines de Mr. Méndez, junto a las voces ágiles de Mr. Åkerfeldt en unos acordes que se aproximan a tonos de Jazz con el Progresivo fluyendo de forma innata sin dejar de lado las transiciones inesperadas de las percusiones de Mr. Väyrynen que potencian toda el conjunto matizado de manera casi maniática; «§6», la melodía que tensa en todos los instrumentos es palpable con esos riff imponente de apertura llenos de personalidad y fiereza, posee hasta un poco de psicodelia en los sintetizadores de Mr. Svalberg que le dan vigor a todo el tema, más un solo de categoría de Mr. Åkesson, es efervescente de inicio para terminar reposada con una forma de blues deslumbrante; «§7», las guitarras afinada al principio en un staccato zigzaguean con melodías cargadas de florituras de vanguardia en el sonido actual de OPETH, junto con la dualidad de voces de Mr. Åkerfeldt del susurro al alarido, con una narración envolvente con los ritmos ensartados con cierta disparidad que se tensa conforma avanza, es el momento del descubrimiento del testamento en nuestra historia y por eso las emociones en todo el ambiente son misteriosos, dejan con ganas de más; «A Story Never Told», para cerrar el disco una balada propia del genero, con la ejecución perfecta en un ritmo de piano suave y sensible, las aspiraciones progresivas de la banda demostrada a lo que esperamos en su contemporaneidad instintiva y sofisticada. Un final merecedor para el relato presentado.
“The Last Will and Testament” posee composiciones variadas y complejas que mantienen la esencia de OPETH. La banda refina su sonido con destrezas técnicas que han evolucionado con el tiempo, desafiando sus capacidades sin retroceder.
Este decimocuarto álbum comandado por Mr. Åkerfeldt marca un nuevo proceso en el movimiento del death metal progresivo. Siempre desafiante e inventivo, OPETH sorprende una vez más con esta obra impredecible y formidable, que se posiciona entre los mejores discos de metal extremo del año.
Reseña de Pepe Cortez