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Review del álbum de RAMMSTEIN «Zeit» (2022)

Repasamos el último álbum de RAMMSTEIN «Zeit» que reafirma el buen estado de forma que mantiene la banda pese al paso de los años

En una entrevista que hacían a la banda surgió esta pregunta: 

¿Qué significa RAMMSTEIN como fuerza cultural en Alemania en 2022?

Y la respuesta fue: 

 «RAMMSTEIN todavía está evolucionando. No son como otras grandes y viejas bandas que dicen: «Oye, todavía estamos aquí» y hacen las mismas cosas que hacían hace 20 o 30 años. Tienen una ventaja y todavía se están expandiendo. La gente cree que conoce a RAMMSTEIN por videos como «Pussy» o «Deutschland» , pero luego hacen algo como surfear en un bote pequeño mientras ondean una bandera LGBTQ+. 

No se están quedando atrás por los tiempos, se han volcado hacia el progreso».

Quien discuta la categoría de la banda alemana, con todos mis respetos que deje de leer esta reseña, porque son una de las bandas de Metal Extremo más en forma en este momento. Por algo al traducir el título de este su último álbum «Zeit» sería Tiempo, es una magnitud física con la que se mide la duración o separación de acontecimientos, sin duda lo que RAMMSTEIN siempre nos ha dado.

Han pasado tres años, que con la situación de pandemia se vivieron de varias formas en el tiempo para que retornara este sexteto increíble, Till Lindemann en las voces y frontman por excelencia, Paul Landers en una guitarra, Richard Z. Kruspe en la otra guitarra, Flake en los teclados, Oliver Riedel en el bajo y Christoph Schneider en la batería para darnos once temas que sustentan lo que es la banda Germana que funciona a la perfección. Olsen Involtini «Zeit» ha sido el productor junto con la banda de «Zeit» que se grabó en los estudios La Fabrique de St. Rémv de la ciudad de Provenza, una región del sureste de Francia que limita con Italia y el mar Mediterráneo, que es famosa por sus diversos paisajes, desde los Alpes en el sur y los valles de Camarga hasta los ondulados viñedos, los olivares, los bosques de pino y los campos de lavanda. Lanzado a todo el planeta por UNIVERSAL MUSIC GROUP.

El reconocido músico canadiense y fotógrafo Bryan Adams, se encargó de la portada en las escaleras del Trudelturn una especie de torre,  de aproximadamente veinte metros de altura en el distrito berlinés de Adlershof, que es un monumento técnico de la investigación aeronáutica que se construyó en los años treinta muestra del avance de la época por parte del país teutón.

Una banda que llena estadios, con el cartel de todas las entradas vendidas en un tiempo breve y que son conscientes que la mayoría de sus seguidores no entienden las letras de sus canciones, a no ser por sus coros sugestivos y atractivos, que lo dan todo en un escenario es sinónimo de RAMMSTEIN. Desde siempre su música es dinámica y eficaz, con cada larga duración lo patentan alcanzando una perfección de notoriedad con cada uno de ellos y a «Zeit», su octava producción,  no le falta ningún ingrediente que hayamos degustado antes de la banda.

Pueden rozar la obviedad, entonan siempre como si estuviera propagando la desesperación de temas sociales que no pueden ser desapercibidos pero que alguien debe de darles un espacio para ser escuchados sin aderezo posible con la posibilidad de dejarse llevar por su cosmos creativo formado maravillosamente, no hay cabida para el hastío o indiferencia, más todavía que están manteniendo su gran tradición de epopeyas visuales increíbles, a menudo controvertidas de sus directos.

«Zeit», contiene once temas que nunca se aleja demasiado de su fórmula probada y comprobada de lo que es RAMMSTEIN: cohesivos, memorables e impresionantemente consistentes, su calidad es constante conforme pasan cada uno de los temas. Es el disco de con aspectos más digitales hasta la fecha, confían en un diseño de sonido enigmático, dedicando mucho trabajo a la postproducción y la aplicación de efectos. Esto comienza con, «Armee der Tristen», los teclados temperamentales junto con esas cuerdas potentes y los coros marciales abren este disco que trae sello triunfador, la máquina alemana es de garantía, cumplen con una fineza que es propia, sin alzar las prontitudes de los acordes pero si apisonan y comprimen como solo ello lo suelen hacer, sin duda para la apertura de sus nuevos directos está hecha al prototipo; 

«Zeit» , el tema homónimo del álbum, es su primer sencillo, acompañado de un video de toda la categoría de RAMMSTEIN, en corte de balada evocativa, con riffs que rasgan y rompen conforme avanza el corte, elogiable por donde se quiera, aun en sus pausas colocadas con distinción de una himno para su amplio renombre, que nos da una reflexión brillantemente pesimista sobre la vida y la muerte, el pulso electro – pop palpita bajo la superficie, para que luego las guitarras ascienden en espiral post-rock, habiendo formado previamente líneas de armonía condicionadas; 

«Schwarz»,  sosegado y moderado con voces etéreas, acompañamiento orquestal y teclas de piano lúgubres, todo construyendo hacia un clímax dramático. continúan siendo el eje de apoyo los teclados de Mr. Flake, con la voz de Mr. Lindemann admirablemente severa, austera y singular, la potencia de la tonada es fenomenal con los armónicos establecidos con el aval que solo ellos pueden dar; 

«Giftig», determinarlos como Metal Industrial o Electrónico no está mal, porque son extraordinarios con los pasmosos compases que nos dan en esta canción, nos permite hacer un headbanging solapado, con esos instantes en los que la euforia llega sin darnos cuenta, las percusiones imprescindibles de Mr. Schneider concretan aún más su estilo; 

«Zick Zack» , el vídeo promocional es RAMMSTEIN de siempre, lleno de sarcasmo, crítica e ironía, una descripción gráfica de la cirugía plástica que no deja de ser pura estética estereotipada,  otro éxito para su carrera refiriéndome ahora al aspecto musical y lírico, por lo atrevido de su contexto, contiene todo los que ha hecho grande a esta banda, implementando un aspecto propio como es el de los graves del bajo de Mr. Riedel junto a los coros de toda  la banda y las notas sincopadas del armonio de Mr. Flake colocadas magistralmente; 

«OK», coros apenados dan el inicio a una pista cargada de los mejores latigazos hechos Metal Extremo que nos pueden dar, el dueto en las cuerdas de Mr. Landers y Mr. Kruspe, son un pilar importante, porque no necesitan cargarse de distorsiones, puros riffs letales, de mis cortes preferidos, especialmente por su final de acordes épicos; 

«Meine Tränen», la voz narrativa de Mr. Lindemann es portentosa de emociones que aun sin conocer alemán es difícil que pase desapercibida, esta vez en tonada tranquila sin llegar a erupcionar pero con una lozanía que coacciona especialmente cuando le pone todo el sentimiento y conmiseración de los instrumentos de la banda en esos acordes cargados de pasión, inspiradas sobre una relación opresiva entre madre e hijo; 

«Angst», posee un video que demuestra una vez más lo que es RAMMSTEIN, que te hacen pensar en aspectos como la xenofobia , porque en sus imágenes cuestionan a una sociedad cada vez más hipócrita, farsante y engañosa, con el bajo de Mr. Riedel fundamentando la melodía del tipo clásico de la banda en todos los aspectos, sin duda un éxito en sus directos el afecto de la voz de Mr. Lindemann con el dueto de cuerdas hace inexcusable no llevar el ritmo con cualquier parte de nuestro cuerpo;  

«Dicke Titten», la fanfarria de las trompetas se conectan con los tambores de Mr. Schneider en un corte inapelable de los germanos, constrictora en su sonoridad debido a que ahora las cuerdas son intensas aun cuando se combina  con el sonido en tono de instrumento de viento de los teclados de Mr. Flake, dinámicamente concluyente, aun cuando su presentación sea sobre el deseo de conocer a una mujer con senos grandes, llamada Dicke Titten, traducir como «Tetas grandes»; 

«Lügen», oscila entre el autotune y la delicada subestimación de los ritmos crujientes de los susurros de Mr. Lindemann que casi arrullan de forma siniestra, para adjuntar la fortaleza de los riffs de las cuerdas, mientras el teclado da notas que se hilvanan fantásticamente en un delirio de acordes impetuosos y coléricos; 

«Adieu», casi como un outro que sufraga toda la canción en donde los tonos graves fundamentan la tonada última con un meritorio «adiós» en las letras entonadas en varios idiomas, demuestran porque RAMMSTEIN es arte del bueno, con calidad en todos los aspectos, cimentados y argumentados en que su estructura creativa es sofisticada y cosmopolita. Apostar por ellos es ganaría y con este disco lo dejan evidenciado, atreviéndose a decir que despeinándose lo justo y necesario. 

La banda es dichosa y radiante, sin olvidarnos que sus integrantes tienen proyectos paralelos que también les va bien en el ámbito musical. Pero son RAMMSTEIN y esto siempre hace que todo parezca pender de un hilo. Se ha insinuado tantas veces que hasta parece habitual. Ya lo dice parte de la letra de su tema principal:  «Después de nosotros, habrá antes y cuando nuestro momento haya llegado, entonces es hora de irse».

«Zeit» hace un buen trabajo al ser exagerado, explosivo y a veces, entrañablemente ingenuo o atolondrado en su contexto. Las canciones mantienen la misma horma pero aprovechando la técnica del momento sumada a la experiencia que casi les da el grado de Legendarios o de Maestros.

RAMMSTEIN posee una inventiva, excéntrica y tangiblemente desquiciada, siempre en continua inmolación, sus integrantes rozan las seis décadas de existencia. Por eso también este disco contiene motivos de fugacidad, pérdida de juventud, declive o duelo hechas canciones. La orientación del álbum y el estado de ánimo más bien sombrío encajan sin calzador. Posee referencias de producciones pasadas los originarios de Berlín reúne casi todo lo que representan, al mismo tiempo que intentan demostrar que aún pueden dar pasos hacia adelante consiguiendo más fama y renombre. El material indignante e irónico no es su clase en sus tres décadas de existencia, pero tiene una imagen que encaja a la perfección desde sus inicios. RAMMSTEIN se han modificado, se han acrecentado conservando su genética, directa hacia sus oyentes. Recomiendo no perderlos cuando pasen por nuestro país, porque como a las bandas grandes hay que verlas una vez en la vida. 

Crítica de Pepe Cortez
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