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Crítica de ALICE COOPER «Road» (2023)

Alice Cooper nos presenta su nuevo trabajo hecho en la carretera para la carretera que muestra la cara más sincera del artista

Alice Cooper, el incomparable maestro del shock rock, regresa con su 29º álbum de estudio, «Road», y es un testimonio de su pasión por la vida en el escenario. Este álbum, lanzado seis años después de «Paranormal», captura a Cooper en su elemento natural, mostrando la destreza de su banda en vivo mientras recorre las experiencias buenas y malas de los músicos de gira.

Producido por el legendario Bob Ezrin, «Road» emana la energía de una actuación en directo. La banda actual de Cooper, que cuenta con los guitarristas Nita Strauss, Ryan Roxie y Tommy Henriksen, además del bajista Chuck Garric y el batería Glen Sobel, crea un sólido telón de fondo que podría servir, si él quiere, para renovar sus elementos teatrales de siempre sobre un setlist nuevo y rompedor.

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El álbum empieza fuerte con «I’m Alice», como una especie de autobiografía musical llena de energía. Cooper le pone todo su estilo característico, entrelazando detalles sobre su icónica personalidad. Este primer single es como un homenaje alegre a su pasado, a la vez que una reivindicación de su presente.

Luego viene «Welcome to the Show», una canción de rock cañero y desenfadado que es como el himno perfecto para comenzar un concierto. Alice con su forma única de interpretar invita a los oyentes a disfrutar del emocionante espectáculo de un concierto en vivo. La canción hace constantes referencias a la propia figura de Cooper y a su fiel público

La tercera pista, «All Over The World», es como una sesión jam con aires de Status Quo o de los Stones y que alardea del impacto global de Cooper y su banda. Se podría titular «¡Molamos mucho y lo sabes!»

«Dead Don’t Dance» se adentra en territorios más oscuros, con una sonido raspando el blues-metal. La voz rasposa de Cooper y su versión más apasionada transmite profundidad dentro de lo que es la historia del álbum y queda perfectamente ambientada con sonidos inquietantes y una línea instrumental que te envuelve.

Después llega «White Line Frankenstein», donde Tom Morello hace una aparición especial y Cooper demuestra su capacidad para mezclar lo antiguo y lo nuevo. Los riffs, punteos y ritmos de la canción unen elementos del rock clásico y moderno, creando un potente mix de sonidos que nos atrapa en torno a la omnipresente figura de Alice Cooper.

En «Go Away», con un toque sarcástico, Cooper aborda el tema de los acosadores. La melodía pegajosa de la canción contrasta con la temática siniestra. La actitud juguetona de Cooper agrega nuevos matices interesantes que van conformando lo que es la esencia de un álbum que conceptualmente es muy sencillo, pero que gracias a estos matices se convierte en un producto realmente rico.

«Big Boots» muestra la astucia lírica de Cooper, narrando un encuentro romántico con una camarera de una parada de camiones. El ritmo animado, con un estilo «Gouls Gone Wild» y los vivos riffs crean un ambiente que engancha, atrayéndonos a entrar de cabeza en la historia y querer saber más.

«Rules Of The Road» da consejos útiles para músicos que están empezando. Con un ritmo suave al estilo The Wonders de fondo, la voz de Cooper irradia confianza mientras comparte su sabiduría sobre cómo navegar por la industria musical. Los estribillos pegajosos de la canción y su toque enérgico la hacen ocupar podio en la lista de mis preferidas del álbum.

En «The Big Goodbye», Cooper hace un guiño a su época de metal de los años 80 y principio de los 90, con riffs que rinden homenaje al sonido característico de esa época. Es una reflexión sobre el paso del tiempo y un reconocimiento al legado duradero del artista.

«Road Rats Forever» nos presenta un corte de clasico hard rock setentero dedicado a su banda de carretera.

«Baby Please Don’t Go» cambia a un tono más introspectivo, con Cooper entregando una balada acústica melancólica. Sus emotivas voces toman protagonismo, creando una sensación de vulnerabilidad que contrasta con lo vivido en el resto del álbum.

«100 More Miles», uno de los puntos más teatralizables del álbum, mostrando la habilidad narrativa de Cooper. Con una historia que explora los altibajos de la vida en gira, la canción combina elementos hablados con instrumentación rock explosiva, metiéndonos de llenos en el viaje emocional de la vida en la carretera.

Para cerrar el álbum, Cooper hace su versión del clásico éxito de THE WHO, «Magic Bus», dándole su toque único. Puede parecer innecesario pera a estas alturas (álbum nº 29) ¡que haga lo que le dé la gana!

«Road» es un testimonio magistral del compromiso inquebrantable de Alice Cooper con su arte y su habilidad para adaptarse y evolucionar manteniendo sus raíces. Con sus diversos temas y estilos musicales, el álbum lleva a los oyentes en un viaje que refleja la naturaleza multifacética de la vida en gira. En todo el trabaja encontramos contrastes musicales y narrativos que son el fiel reflejo de lo que es la vida en la carretera.

Cooper y los suyos han conseguido reflejar el espíritu de la carretera de forma fiel y al mismo tiempo reivindicar una carrera musical que como decíamos antes ya está rozando la treintena de discos de estudio.

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