Crónica. H.E.A.T. en Madrid. 08 de noviembre de 2017

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Repasamos ahora lo vivido el pasado 08 de noviembre con los suecos H.E.A.T. en Madrid

La del 08 de noviembre de 2017 era la quinta ocasión en la que los suecos H.E.A.T visitaban Madrid, y puedo decir que me siento un privilegiado, ya que he asistido a cuatro de ellas, me perdoné en la que telonearon a Scorpions, y he podido ver cómo ha sido su evolución. Todavía recuerdo aquella primera vez, en la sala Rock Kitchen, todavía con Kenny Leckremo a las voces, eran teloneros, aún más jóvenes y todo unos principiantes, la segunda, ya con Erik Gronwall, llenaron la sala Copérnico y eran, todos, más energía que calidad, la tercera, en la sala But, en la que ya empezaban a ser reconocidos en el panorama y se veía que iban para grandes y esta cuarta…

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Esta cuarta en la que se van a la Riviera, quizás la sala más grande de la capital, y en la nada más ver el ambiente que había, mucha gente que no sueles ver en otros bolos, y el escenario, una vez limpio y preparado para su actuación, te das cuenta de que ya son grandes, ¡cómo han crecido!.

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Han crecido y madurado, no solo musicalmente, su último disco, Into The Great Unknown,  tiene una evolución, o involución, según otros, y unas características distintas a lo hecho anteriormente, también lo han hecho en la puesta en escena, en la preparación del show, en la disposición en el escenario y en saber el papel de cada uno. Por un lado tenemos a los cuatro currantes, Crash en la batería, Dave Dalone a la guitarra, Jimmy Jay al bajo, y Jona Tee a los teclados, que son los serios, los concentrados, lo que hacen que la máquina carbure, y por el otro tenemos a Erik Gronwall, que es la energía, la gasolina, la pólvora, el que pone el turbo en la máquina o la guinda al pastel.

Todo comenzó con el tema The Heat Is On, la canción de Glenn Frey que se compuso para la película Superdetective en Hollywood, esa intro a la que siguen siendo fieles y que me encanta. ¡Siguen siendo de los ochenta!

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Tras ella vino la intro seria, que según iba sonando iban apareciendo cada uno de los miembros de la banda y mientras saludaban, cada uno de ellos recibía las primeras ovaciones. Empezaron a sonar los primeros riffs, la batería, de Bastard Of Society, salió Erik y…¡todo estalló!

La tormenta perfecta se había generado en la Riviera, y no solo es que las canciones sean “carne de público”, esos ¡oh, oh, oh! de Bastard Of Society, los de Late Night Lady, el estribillo tan “cantable” de Mannequin Show, y el de Straight For The Heart, es que encima del escenario había un huracán, un delgaducho rubio que es pura energía, puro nervio, y que gracias a su desparpajo y su calidad vocal, indiscutible, dejaba a todos con la boca abierta y totalmente entregados.

Como hablábamos antes, todos sabían que tenían que hacer, Erik encandilar, poner cachondo al público, ser el principal protagonista, y los otros cuatro, ser los actores secundarios, esos que son indiscutibles, imprescindibles, y que hacen que la estrella todavía brille más, no nos olvidemos nunca de eso.

Tras la primera batalla, descansito para que Erik presentara respetos en la plaza, comentar que estaba un poco resfriado y que esperaba poder cantar bien, ya aprovecho aquí para decir que ¡vaya que si lo hizo!, ¡su medicina Jack Daniels le curó bien!, y que se dio un golpe en la frente en un anterior concierto, no recuerdo donde, esa herida de guerra estaba tapada con una tirita.

Siguieron el bolo con Redefined, en la que por fin se pudo apreciar algo más la labor de la banda, sobre todo los coros, que los hacía toda la banda. Estuvieron magistrales todo el concierto aunque se apreciaron poco, siempre se ocultaban con los que hacía el público, que estuvo soberbio y entregado.

Into The Great Unknow fue la siguiente, en la que hicieron un parón al final maravilloso.

1000 miles fue un torbellino, el público, que estuvo soberbio y totalmente entregado, la cantó entera, ¡vaya pasada!. Con Beg, Beg, Beg pasó lo mismo, el público cantando hasta que Erik, que no paraba, decidió que le llevaran en volandas hasta el lado opuesto de la sala, donde hay una barra, desde la que engancharon con Whole Lotta Rosie, de AC/DC.

Volvemos, todos, al escenario y toca otro momento de calma, sonaron We Rule, interpretada únicamente por las voces y por las teclas. Erik es humano y la noté algún que otro gallito, nada e importancia pero que tenemos que comentarlo porque si no no hay nada malo que decir, y Time On Our Side.

 

Entonces llegó el momento de Crash. Hizo un solo de batería mientras le acompañaba la canción de Flash Gordon, fue bastante chulo y original.

Tras el solo de Crash, vino Breaking The Silence, una vez más el público fue uno más de la banda, el solo de guitarra, sobrio y bonito, Dave Dalone siempre me ha parecido mejor guitarrista que Eric Rivers, y creo que quedó patente, todas las guitarras estaban muy trabajadas y tocadas con mucho cariño y calidad, Eye Of The Storm, que Erik cantó soberbio, una versión de la famosa y antigua Lucille, In And Out Of Trouble y la traca final Inferno, ¡esto era la locura!.

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Los bises fueron Point Of No Return, A Shot Of Redemption y Living On The Run, con la misma intensidad de siempre y con la misma entrega.

En resumen, que hemos vivido una de las mejores descargas del año, como tienen que ser, mucha energía, potencia y Rock.

Crómica realizada por Ape Navarro

No te pierdas nuestra reseña del último trabajo de H.E.A.T. «Into the great unknown»

Review: H.E.A.T. “Into the Great Unknown” (Gain/Sony)

 

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