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Tygers Of Pan Tang se mantienen fieles a su estilo y esencia 45 años después y lo demuestran en este “Bloodlines”

Tenemos de vuelta a estos pioneros de la New Wave Of British Heavy Metal. Nunca alcanzaron el reconocimiento comercial de otras bandas del movimiento  como Iron Maiden, Def Leppard o Saxon, pero se han mantenido fieles a sí mismos desde su formación en 1978.

Hablar de Tygers Of Pan Tang es hablar de supervivencia. Pocos grupos pueden presumir de haber perdido por el camino a su guitarrista estrella, y vivir para contarlo. La “deserción” de John Sykes para incorporarse a Thin Lizzy, y más tarde a los Whitesnake de David Coverdale, fue la más sonada y dolorosa, pero no la única. La historia de la banda ha estado plagada de continuas idas y venidas de músicos, y los consiguientes cambios de formación han afectado gravemente a su trayectoria musical. El prolongado silencio discográfico entre 1987 y 2001 es una clara muestra de ello.

El guitarrista Robb Weir (único miembro original) salió al rescate de un grupo que parecía hundido definitivamente en el olvido. Junto con Jack Meille (voz) y Craig Ellis (batería) han formado la columna vertebral de Tygers Of Pan Tang desde 2004, siendo la asociación musical más duradera en la historia de la veterana banda británica. Un verdadero milagro.

El EP “A New Heartbeat” (2022) fue el bautismo de fuego para las dos nuevas y últimas incorporaciones hasta el momento: Francesco Marras (guitarra) y Huw Holding (bajo). Se editó para celebrar el nuevo contrato discográfico con Mighty Music, y su lanzamiento fue respaldado con una mini gira por seis países europeos. Estos conciertos les sirvieron para rodarse sobre el escenario y sondear la respuesta del público. Las sensaciones fueron tan buenas que esta enésima encarnación de los Tygers apenas ha tardado un año en regresar para presentarnos su nuevo álbum “Bloodlines”.

Unos etéreos punteos de guitarra, con reminiscencias orientales, sirven de introducción para “Edge Of The World”, el primer tema del disco. En mi humilde opinión, la canción con más gancho comercial; sería perfecta para iniciar sus conciertos en una eventual gira de presentación. Estribillo colosal y clara demostración de por qué Jack Meille es el vocalista de Tygers Of Pan Tang desde hace casi dos décadas. Pieza redonda de NWOBHM de  manual.

En “In My Blood” heavy metal y hard rock melódico al estilo Dokken o White Lion, conviven en armonía; el equilibrio hace que los límites entre ambos estilos se difuminan. Las guitarras de Robb y Francesco lanzan riffs y solos contundentes, sin ser invasivos, y permiten que la canción respire por sí misma, siendo ésta la tónica habitual en todo el disco. ¿Egos guitarrísticos? No, gracias.

La galopante sección rítmica de “Fire On The Horizon” marca el tempo de la canción. Un riff machacón y el vertiginoso solo de guitarra hacen el resto.

“Light Of Hope” pone a prueba la resistencia de las cuerdas vocales de Jack. La música fluye monolítica y tensa, pero sin estridencias. Hasta que finaliza la canción no soy realmente consciente de que es, seguramente, mi tema favorito de “Bloodlines”. Grande.

Una percutiva línea de bajo a cargo de Huw Holding reina en “Back For Good” en dónde además destacan los coros, que funcionan a la perfección como eco de refuerzo para el estribillo.

Y con “Taste Of Love” encaramos la segunda mitad del disco. Destaca por ser la única concesión a los teclados en un disco eminentemente guitarrero. Buen medio tiempo, aunque nada rompedor. Una vez más estribillo y coros acaparan todo el interés.

Cuando reproducimos “Kiss The Sky” ya tenemos la certeza de que el disco difícilmente va a torcerse en su tramo final. La fórmula que ha funcionado en las primeras canciones tiene continuidad aquí y en las siguientes: “Believe” y “A New Heartbeat”. Se consolida el efectivo trabajo de guitarras, con poco espacio para florituras innecesarias y optando por dotar a los temas de consistencia, adaptándose a las necesidades de cada uno de ellos. Las ocasionales “twin guitars”, diseminadas con acierto a lo largo de “Bloodlines”, también nos traen a la memoria a los añorados Thin Lizzy.

Echa el cierre “Making All The Rules”, un medio tiempo envenenado con pólvora, en que las súbitas explosiones eléctricas nos mantienen en tensión. Su aparente grandilocuencia da un toque épico a un disco que se caracteriza por su urgencia e inmediatez. Contrapunto interesante.

Robb Weir no ha dudado en afirmar en las últimas entrevistas concedidas que la formación de Tygers Of Pan Tang recientemente estrenada es la más fuerte desde la original, con John Sykes todavía enrolado en sus filas. Si nos atenemos a lo que nos ofrecen en “Bloodlines” deberíamos darles el crédito que se merecen. Como fiel seguidor del heavy metal clásico desearía que un grupo como ellos, sacudido por continuas mutaciones y obligado a reinventarse una y otra vez, consiga, por fin, la ansiada estabilidad. Se lo merecen.

Crítica de Luigi

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